miércoles, 28 de diciembre de 2011

Immortals



Nueva muestra de cine épico, de acción y aventuras venida desde Hollywood, esta vez de la mano del realizador hindú Tarsem Singh (aka Tarsem aka Tarsem Singh Dhandwar), la mente pensante detrás de la psicodélica, tremendamente aburrida y absurda "La Celda". Se trata de "Immortals", cuya evaluación podía ser la que sigue: historia, cero patatero; diálogos, estúpidos; efectos especiales, del montón; acción, escasa (ni más ni menos que las escenas que pudimos ver en el tráiler). En resumen, decepcionante, muy decepcionante.

"Immortals" nos cuenta la historia de Teseo (Henry Cavill), un mortal que reniega de los dioses pero que, por circunstancias de la vida (entiéndase la cruel muerte de su madre a manos del malo malísimo de la película), se ve obligado a formar parte de una guerra entre el rey Hiperión (Mickey Rourke), que pretende liberar a los míticos Titanes, y los propios dioses. Y poco más, o más bien nada más, pues, como les decía al inicio, la cinta suspende estrepitosamente sobre todo en lo que a guión se refiere.

El film viene en gran parte "avalado" por el hecho de correr a cargo de los mismos productores que la extraordinaria "300", a la cual pretende emular... quedándose por el camino, claro. Al mismo tiempo, el director Tarsem parece que se inspiró en los cuadros de Caravaggio a la hora de darle a la película la supuesta estética tan característica que tiene (¿alguien me lo explica, por favor?). Pues bien, un servidor ha de admitir su completa ignorancia acerca de la obra del pintor italiano, al margen de no terminar de comprender la alusión a sus pinturas, por lo que no me voy a pronunciar al respecto; pero a lo que no puedo dejar de hacer alusión es al supuesto vínculo con "300", ante lo cual las cosas están más que claras: Tarsem no es Zack Snyder (¡más quisiera!) ni el guión de "Immortals" se basa en una obra fruto de la genialidad del gran Frank Miller, y si el film que nos ocupa fuera la décima parte de bueno que la cinta de Snyder, ya sería más o menos pasable (cosa que no es, claro).

Así pues, "Immortals" tiene un guión nefasto, es notablemente aburrida, y he aquí su mayor fallo, pues de un film de estas características lo mínimo que se le pide es que entretenga y divierta, está mal dirigida (algo que se le perdonaría a un novato, pero no a alguien que en teoría es un realizador de reconocido prestigio, aunque nadie sepa de dónde le viene...) y las interpretaciones de los actores son de lo más rutinarias (en el caso de Freida Pinto, prácticamente anecdótica, limitándose a ejercer de bonito adorno), con la excepción de las labores desempeñadas por el siempre genial John Hurt y el resurgido Mickey Rourke, las cuales, todo sea dicho de paso, "Immortals" no se merece.

En resumen, que la película engaña, y mucho. O más bien su trailer, que parece que nos va a ofrecer un producto divertido, entretenido, de esos que te hacen salir eufórico del cine, tanto que llegas a casa y revisionas todas las cintas del mismo género de tu videoteca, para, a la hora de la verdad, ofrecernos un aburrimiento de los gordos. Vamos, que ver "Immortals" no es más que una pérdida de tiempo...

Seamos claros: la nueva versión de "Furia de Titanes", dentro de lo mala que es, y el chasco que supuso, es mucho más entretenida que la que nos ocupa.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Misión: Imposible. Protocolo fantasma



Tom Cruise anda necesitado de un éxito de taquilla de una forma notablemente urgente. Y se nota. De ahí que haya decidido embarcarse, como productor y protagonista, en otra aventura del agente Ethan Hunt en esta nueva entrega de la saga "Misión: Imposible", iniciada, con la inestimable ayuda del gran Brian DePalma, en el ya lejano 1996. Y para ello se ha rodeado de un equipo técnico de lo más interesante: J.J. Abrams, realizador de la tercera entrega, todo sea dicho de paso, en tareas de producción (a través de su compañía Bad Robot), y Brad Bird, director hasta ahora únicamente de cintas animadas (como la excelente "Los Increíbles"), y para el cual el film que nos ocupa supone su prueba de fuego, pues decidirá, probablemente, si conseguirá dar el salto al cine en imagen real.

En "Misión: Imposible. Protocolo fantasma", el agente Hunt se ve inmerso en una nueva y complicada misión, si bien esta vez lo hace sin autorización de ningún tipo, pues tanto él como su equipo han sido culpados de la reciente destrucción del Kremlin, con la consiguiente desactivación de la FMI, el organismo gubernamental para el que trabajan, y cuyo nombre han de limpiar. El resto: grandes escenarios, persecuciones, escenas de acción vertiginosas... Vamos, toda una serie de ingredientes a los que ya estamos habituados en una producción de estas características, y más tratándose ya de la tercera secuela de la saga.

Seamos francos: la cinta que nos ocupa no nos depara ningún tipo de sorpresa, pues se limita a repetir esquemas, situaciones y, si nos apuramos un poco, casi hasta guión. Pero bueno, no debemos perder de vista que nos encontramos ante la cuarta entrega de una saga, con lo que la frescura y la tan escasa últimamente originalidad hace tiempo que se quedaron por el camino, sólo pudiendo esperar de una producción de estas características que resulte entretenida, que nos haga pasar el rato de una forma más o menos agradable. Ni más ni menos. Esperar algo distinto sería de ilusos...

"Misión: Imposible. Protocolo fantasma" supone un vehículo para lucimiento de su protagonista, Tom Cruise, quien, como mencionaba al principio, necesita un éxito de taquilla inmediatamente, pues en el plazo de los últimos años no ha acertado mucho en lo que a la taquilla se refiere, de ahí que haya decidido ir a lo seguro, por así decir, resucitando a un personaje que le ha dado grandes satisfacciones (y luego dicen que Stallone es tonto...). No obstante, no es un papel con el que el protagonista de "Top Gun" pueda lucirse interpretativamente (ni lo pretende, por otro lado). El resto del reparto, son meras comparsas (quizá con la excepción de Jeremy Renner, el nuevo actor de moda en Hollywood, como atestiguan sus participaciones en "Los Vengadores" y en "The Bourne Legacy", una especie de spin-off de la saga protagonizada por Matt Damon). Ya en lo referente a la parte que no se ve, aquella que se encuentra detrás de las cámaras, Brad Bird desempeña su tarea con eficacia, si bien no brilla en exceso, de ahí que quien esto suscribe no termine de ver del todo claro su futuro en el cine en imagen real (al menos, como autor de carácter y no como simple mandado que filma y se va...), mientras que el genial J.J. Abrams se limita a poner el dinero, como productor que es, y punto.

En fin, que la película es, ni más ni menos, lo que parece. No engaña, ni intenta hacerlo. Es consciente de sus defectos y virtudes, o más bien Cruise sabe qué puede hacer y lo que no, pues ya es perro viejo en la franquicia. Teniendo todo esto claro, no hay problema, y puede que consigan pasar un rato agradable y disfrutar de las nuevas aventuras de Hunt y su equipo.

No quisiera terminar sin hacer mención a algo: es notablemente fácil llevar a buen puerto misiones que a priori parecen imposibles cuando puedes contar con todo tipo de instrumentos y aparatos que a los guionistas les resulta muy fácil "inventar", sin siquiera estrujarse un poco los sesos para tratar de hacerlo mínimamente real, como pueden ser guantes que se pegan a las paredes o extraños aparatos que, misteriosamente, encajan a la perfección sobre los letreros indicadores de los números de habitación de un hotel y los cambian sin dejar ningún tipo de rastro de la modificación... ¿No creen?

viernes, 9 de diciembre de 2011

Acero puro



Bueno, una vez más, y eso que no suele acercarse demasiado, al menos en los últimos años, al mundo del cine, aquí tenemos un nuevo film basado, en este caso, en un relato corto del gran Richard Matheson, escritor también de la magistral novela de vampiros "Soy leyenda", adaptada al mundo del cine en varias ocasiones, con mayor o menor fortuna. Y quede claro ya desde el principio que este nuevo acercamiento a la obra de Matheson resulta bastante satisfactoria, aunque no perfecta. Me explico.


"Acero puro" se ambienta en el año 2020, en el que el boxeo con humanos ha sido prohibido, siendo sustituido por los combates del mismo deporte entre grandes robots manejados por personas, ya sea manualmente o por medio de órdenes orales. Es precisamente en este mundo donde se mueve Charlie Kenton (Hugh Jackman), un ex-boxeador que se quedó en el dique seco y que se ha visto obligado a reciclarse en "manager" de robots boxeadores, tarea en la cual, todo sea dicho de paso, es una auténtico desastre. Y por si ello fuera poco, se ve en la obligación de hacerse cargo de su hijo Max (Dakota Goyo), por el que nunca antes se había preocupado, tras la muerte de la madre de aquél; es con éste con el que emprende una nueva y exitosa carrera, al "enseñar" todos sus movimientos a un pequeño robot sparring, con el que comienza a ganar un combate tras otro, convirtiéndose en la sensación del momento en el ambiente pugilístico.

Como mencionaba al inicio, el film que nos ocupa es bastante notable, si bien se trata de una cinta para toda la familia, lo que en cierto modo supone una suerte de lastre que le impide desarrollar todo su potencial. Y como película familiar, por así llamarle, tiene detrás de las cámaras a Shawn Levy, realizador soso donde los haya, pero ya un auténtico especialista en sacar adelante proyectos de estas características (es más, de haber tenido el film un tono más adulto, Levy habría fracasado estrepitosamente en su labor...). Ante las cámaras, tenemos al siempre inconmensurable Hugh Jackman, excelente actor (algo innegable para quien esto suscribe), pero sobre todo un actor que disfruta con cada cosa que hace, y se nota, lo que lo hace más creíble aún en todos los papeles que interpreta (y ya no mencionemos cuando oficia ceremonias y se pone a cantar y bailar... en tales ocasiones, su cara es la imagen de la auténtica felicidad). Merece también ser destacada la labor de Dakota Goyo, parte fundamental de la cinta, y que, aunque no suele ser habitual en actores infantiles, no resulta repelente, lo cual, seamos sinceros, ya es todo un avance.

En resumen, "Acero puro" es entretenida y divertida, da lo que promete, no engaña. Y teniendo en cuenta esto, es el perfecto producto orientado a que los espectadores pasen un rato agradable. Eso sí, no le pidamos peras al olmo, pues lo que nos ofrece es... bueno, lo que quiera que sea que nos den los olmos.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Asesinos de élite



La carrera del "nuevo duro" del cine Jason Statham se ha desarrollado en dos frentes: uno, el abierto por las cintas de Guy Ritchie "Lock & Stock" y "Snatch", que combinan a la perfección crimen y comedia, y otro, el representado por films de acción, ya sea del estilo "Transporter", mucho más físico, o del marcado por títulos como "The Mechanic" o"Death Race". Y si lo sacamos de ese ámbito, la cosa falla, pues lo que los productores del cine deberían saber es que, si no eres Guy Ritchie, no puedes poner a Statham a hacer otra cosa que no sea repartir estopa, y ya mucho menos a hablar...

Es por lo anterior que la cinta que nos ocupa, "Asesinos de élite", que a priori parece uno de esos productos plagados de acción desenfrenada y tiros a diestro y siniestro, a la medida de su protagonista, deviene en un completo y absoluto aburrimiento, tanto que parece que no transcurre el tiempo mientras vemos a Danny (Statham), mercenario y asesino a sueldo retirado, volver a las armas para tratar de salvar la vida de su mentor Hunter (un despistadísimo Robert De Niro), todo  mientras es perseguido por Spike (Clive Owen, sin duda lo mejor de la película). Y es que, insisto, lo peor que puedes hacer es darle demasiado diálogo a Statham...

Sin embargo, no puedo sino dejar de reconocer, y en cierto modo admirar, la labor del desconocido Gary McKendry, a la sazón el realizador de la cinta, que tiene posibilidades de llegar a convertirse en un director de lo más solvente. Ya en lo tocante al reparto, Statham es... Statham, ni más ni menos, con todas sus virtudes, defectos y, sobre todo, limitaciones interpretativas. Owen es lo mejor del film, en su papel de malo, pero no "malo-malísimo", sino de "malo-que-cumple-órdenes-en-beneficio-de-su-país". Y luego tenemos a De Niro, excelente actor de carácter donde los haya (absurdo sería decir lo contrario, pues a sus espaldas tiene una larga carrera en la que ha desempeñado grandes papeles, y de forma magistral), pero que con el devenir de los años ha ido cayendo en una vorágine absurda que, muy a pesar de todos sus admiradores, entre los que me encuentro, ha dado al traste con su carrera (¿hay alguien que piense, como, un servidor, que tocó fondo al intervenir en "Machete"?).

En fin, resumiendo, "Asesinos de élite" engaña, y mucho, convirtiéndose en un producto de lo más aburrido, tanto que uno sale de la sala del cine con el regusto de haber perdido un par de horas de su tiempo, pues en modo alguno entretiene ni hace pasar un rato agradable.

Para terminar, un apunte: como ya más de algún crítico de cine acertadamente ha dicho en relación a Clive Owen: ¡qué gran Bond se ha perdido el mundo del cine! Y me río de Daniel Craig...

jueves, 1 de diciembre de 2011

Un método peligroso



Bueno, aquí tenemos la nueva propuesta cinematográfica del otrora controvertido realizador canadiense David Cronenberg, "Un  método peligroso", que, lejos de tratarse de un biopic, como en un principio podría parecer, no hace sino explorar, por un lado, la relación entre Sigmund Freud, encarnado por Viggo Mortensen, y quien pudo convertirse en el lógico sucesor de aquél, Carl Jung, con los rasgos del ascendente Michael Fassbender, y, por otro, la relación de este último con Sabina Spielrein, interpretada por Keira Knightley, su paciente (y algo más) en un principio y reputada psiquiatra más adelante.

Pues bien, esbozadas estas pocas líneas acerca del argumento del film que nos traemos entre manos, lamentablemente podemos afirmar que éstas constituyen todoa la trama argumental de la cinta, que no hace sino mostrarnos poco más que la amistad y admiración entre Freud y Jung, que degenerará en un abierto enfrentamiento, y la enfermiza relación de Jung con su paciente. Nada más. De hecho, me atrevería a afirmar, sin temor a ruborizarme, que "Un método peligroso" no trata prácticamente de nada, salvo lo expuesto, y para eso, "con pinzas"... De ahí que en esta ocasión Cronenberg nos torture con minutos y minutos en los que no sucede prácticamente nada, construyendo un producto de lo más aburrido y soporífero (tanto, que en la sala de cine donde este servidor la vio había una persona roncando... literalmente).

En lo tocante a sus responsables, me gustaría destacar que Cronenberg es un director justo merecedor de la fama que ostenta en determinados círculos, si bien en esta cinta no brilla como lo suele hacer, pareciendo más bien que se ha limitado a hacer un producto por encargo, como con desgana... Eso, o se le ha acabado la "chispa", por decirlo de alguna manera. Ya haciendo referencia a su reparto, lo primero que me viene a la mente es la casi anecdótica participación de Viggo Mortensen, quien, aún apareciendo en segundo lugar en el póster promocional, no es en modo alguno protagonista, siendo superado ampliamente, en lo que a minutos en pantalla se refiere, por Fassbender y Knightley. Y que conste que ninguno, siendo todos intérpretes de carácter y más que solventes, brilla demasiado, limitándose a desempeñar sus papeles de una forma bastante sosa (sobre todo Mortensen, poco creíble como el padre del psicoanálisis).

En resumen, "Un método peligroso" supone un film ciertamente poco recomendable si lo que se busca es pasar un buen rato. En cambio, si lo que buscan es, sin paños calientes, echarse una buena siesta, esta es, sin atisbo de duda, su película.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Las aventuras de Tintin. El secreto del Unicornio



Me gustaría empezar realizando dos aclaraciones: la primera de ellas es que un servidor nunca, ni siquiera de chaval, ha sido admirador del más famoso personaje creado por Hergé, si bien las repetidas buenas críticas cosechadas sobre la adaptación cinematográfica dirigida por Steven Spielberg y producida por Peter Jackson y los comentarios favorables de algunos conocidos me hicieron decantarme por la opción de acudir a la sala de cine más cercana para ver el film que ahora tenemos entre manos. En segundo lugar, quiero dejar claro que una cinta técnicamente impecable no necesariamente es una buena película.

Hechas estas aclaraciones, paso a valorar la película: "Las aventuras de Tintin. El secreto del Unicornio" es un auténtico despropósito, sin paños calientes. Nos encontramos ante una historia plagada de situaciones absurdas, a la par que estúpidas, en muchos casos de lo más inverosímiles, por más que se pretenda tener la mente abierta. Los personajes (y en este punto desconozco, lo admito,  si el problema reside en el cómic de Hergé) dejan bastante que desear, y no es que Tintin sea extremadamente listo, sino que todos y cada uno de los que se encuentran a su alrededor son rematadamente bobos: el Capitán Haddock no es más que un borracho incompetente, mientras que los inspectores Hernández y Fernández... ¿cómo podríamos decirlo? Dejémoslo en que decir que son tontos supondría un considerable insulto a los que de verdad lo son, pues lo suyo va muchísimo más allá, llegando a ser casi delictivo.

Pasando ya a aspectos más técnicos, hay que reconocer, y no me ruborizo al hacerlo, que la cinta es visualmente impecable, rozando la perfección, claro que ello de ninguna forma la hace mínimamente soportable. En lo tocante a la labor actoral, ¿qué quieren que les diga? Por mucho que detrás de todos y cada uno de los personajes protagonistas se hallen los movimientos y las voces de actores de notable prestigio, eso es algo que nunca, bajo ningún concepto, podrá sustituir a la labor "real" de un buen intérprete. Y es que la captura de movimientos es una técnica sumamente interesante, pero entendida como complemento a la labor interpretativa de otra gente, logrando integrarse en muchos casos de una forma casi perfecta (véase el Gollum de "El Señor de los Anillos", interpretado por Andy Serkis, todo un especialista en el tema, y que en "Las aventuras de Tintin. El secreto del Unicornio" tiene a su cargo el poner voz y movimientos al inútil de Haddock). Del resto, pues bueno, simplemente me resulta sumamente difícil de creer que detrás de semejante tostón de película se hallen las mentes pensantes de los grandes Spielberg y Jackson...

En fin, para terminar, pues no quiero extenderme más, a riesgo de envenenarme, quiero dejar claro que la hora y cuarenta y cinco minutos, aproximadamente, que dura el film suponen una auténtica pérdida de tiempo.

martes, 8 de noviembre de 2011

Mientras duermes



Por fin ha llegado a nosotros, fieles y humildes espectadores, la nueva aportación al mundo cinematográfico del siempre solvente y casi nunca decepcionante (¿alquien ha dicho algo de "OT, la película"? ¿No, verdad?) Jaume Balagueró, "Mientras duermes", en la cual opta, como no podía ser menos, por el suspense y la intriga con algunas pinceladas de thriller, géneros que domina a la perfección, aunque también es cierto que no se ha decidido todavía a explorar otros caminos, si bien en este caso deja de lado cualquier aspecto de terror sobrenatural o metafísico para volver un poco a sus orígenes (recordemos que su ópera prima es la magistral "Los Sin Nombre", basada en la novela de Ramsey Campbell) y optar por un ambiente más cercano y verosímil, lo que lo hace más terrorífico, si cabe. Con ello, Balagueró firma una cinta que, sin duda alguna se erige como la mejor película española del año (eso sí, compartiendo galardón ex aequo con la excelente "No habrá paz para los malvados).

"Mientras duermes" narra la historia de César, el portero de un edificio, encarnado por el gran Luis Tosar, que no es feliz, hasta el punto de experimentar tendencias suicidas, y que sólo encuentra una manera de serlo, aunque sea mínimamente: acabando con la felicidad de los demás, simple y llanamente, llegando a cometer auténticas fechorías y maldades de toda clase con el fin de lograr su propósito. En ello, Clara (Marta Etura, pareja de Tosar en la vida real), vecina del edificio y una persona que siempre luce una gran sonrisa en su rostro, se convertirá en el principal objetivo del desequilibrado portero, a la par que en su obsesión personal.

Hablar aquí de las excelencias de Balagueró como realizador (y también como guionista, si bien el libreto del film que nos ocupa corre a cargo de Alberto Marini, al menos de forma "oficial") está de más, desde el momento en que lo único que hay que hacer para saber cómo se las gasta, por así decir, aunque en modo alguno de forma peyorativa, el director catalán es ver cualquiera de sus cintas, ya sea en solitario o acompañado del también grande, aunque no tanto, a mi modo de ver, Paco Plaza (vale que "REC 2" no es sólo notablemente inferior a su predecesora, sino también bastante floja individualmente considerada...), en las que demuestra que el cine español sí tiene mucho que decir en lo que a terror y suspense se refiere. Pasando ya al reparto, "Mientras duermes" se revela, una vez visto, como un film imposible de concebir sin la presencia de Tosar, excepcional actor donde los haya y que aquí construye uno de sus mejores papeles (junto al Malamadre de "Celda 211"). El resto, correctos pero totalmente eclipsados por el intérprete protagonista, de forma que bien podrían darnos el cambiazo que poco nos importaría...

Para terminar, y a riesgo de que me consideren repetitivo, voy a darles un consejo, en su mano está aceptarlo o rechazarlo, que no es otro que el mismo que di al respecto de "No habrá paz para los malvados": vean "Mientras duermes". No hay excusa para no hacerlo.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

La cosa (The thing)



En el año 1938, el desconocido (para un servidor) John W. Campbell, Jr., bajo el pseudónimo de Don A. Stuart, publicó en la revista Analog Science Fiction and Fact el relato de título "Who goes there?" (algo así como "¿Quién está ahí?"), el cual sería adaptado en 1951, de la mano del gran Howard Haws en los roles de productor y guionista y director en la sombra, con el título de "El enigma... de otro mundo". Varias décadas después, en  1982, el genial John Carpenter cogería la historia de Campbell y la haría suya para obsequiarnos con una de sus mejores cintas y una de los mejores films de terror de todos los tiempos, "La cosa". Y ahora en 2011 llega hasta nosotros una nueva versión, la cual es más una especie de remix, con algo de precuela y algo de remake, de la versión de Carpenter, y ya no tanto una nueva adaptación del relato original. Esta nueva "La cosa" viene de la mano del realizador sueco Matthijs van Heijningen, Jr., quien de esta forma pone un pie en Hollywood con el firme propósito de quedarse. Y quede claro que, dado el resultado, tiene posibilidades de lograr su objetivo.

"La cosa" (2011) nos cuenta, más o menos, y a grandes rasgos, la misma historia que ya todos conocemos: el hallazgo en la Antártida de una nave extraterrestre y de su piloto congelado en hielo, pero no por ello muerto, como tendrán la desgracia de comprobar los integrantes del equipo encargado de investigar el asunto en una base militar, y más tras percatarse de que este visitante del espacio exterior puede "camuflarse" dentro de los seres humanos, de forma que les resulta sumamente difícil saber quién es amigo y quién enemigo, generándose así desconfianzas y reticencias entre ellos, lo que traerá consecuencias trágicas.

El reparto de la película que nos ocupa, a pesar de que sí contiene actores cuyos rostros sonarán a la mayoría (Mary Elizabeth Winstead, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Joel Edgerton, Eric Christian Olsen...), no tiene a grandes estrellas, lo que, en cierto modo, supone un soplo aire fresco, pues de esta forma absolutamente nadie tiene garantizada su supervivencia al final de la historia por aquello de que, en virtud de lo que parece ser una ley no escrita del cine (y que pocas excepciones tiene), bajo ningún concepto el protagonista puede fallecer al finalizar la cinta. Ahora bien, pese a que todo el plantel interpretativo desempeña una labor encomiable, el mérito de que "La cosa" sea un film notable, ciertamente interesante y sumamente entretenido es de su realizador (y disculpen que no escriba de nuevo su nombre, pero es que ya la primera vez me costó horrores...), quien, como indicaba, apunta maneras para conseguir labrarse una carrera en la industria cinematográfica, aunque ello dependerá de las decisiones que tome a partir de ahora.

En fin, que la película que nos ocupa es una de las cintas más recomendables del año, y más en lo que al género de terror se refiere, si bien no se puede dejar de reconocer que en modo alguno tiene el más mínimo tinte de originalidad o innovación. Y es en este punto donde hay que declarar abiertamente, es lo justo, que su director se tendría que ver moralmente obligado a compartir el mérito que mencionaba en el párrafo anterior con John Carpenter, pues si éste no hubiese hecho su anterior versión, obra maestra donde las haya, la nueva "La cosa" no existiría...

lunes, 31 de octubre de 2011

No habrá paz para los malvados



Lo confieso: no soy fan, ni por asomo (más bien al contrario...), de José Coronado. Bueno, al menos, no lo era. Y es que el film que nos ocupa, "No habrá paz para los malvados" supone, para quien esto suscribe, un punto y aparte en la carrera del actor madrileño, quien desempeña un papel soberbio, cargado de matices, en la que, sin ningún atisbo de duda y con diferencia, es su mejor interpretación. Es más, vista la cinta, no soy capaz de imaginarme a ningún otro intérprete poniéndose en la piel de Santos Trinidad, ni siquiera pensando en los mejores, categoría que, todo sea dicho de paso, Coronado ha logrado alcanzar por méritos propios.

"No habrá paz para los malvados" da comienzo con el personaje de Coronado, borracho como una cuba,  asesinando de madrugada a 3 personas en un club de alterne y tratando de librarse de un cuarto personaje, que ha visto todo lo ocurrido y que consigue escapar. Así da comienzo una investigación particular por parte de Santos para dar con el esquivo testigo de los hechos, a la par de otra, ésta de carácter oficial, llevada a cabo por un policía judicial (Juanjo Artero) y una juez (Helena Miquel), que tiene como objetivo tratar de esclarecer qué fue lo que ocurrió aquella fatídica madrugada en el mencionado club de alterne. Lo más curioso de la trama es que se ve claramente que Santos es un investigador extraordinario, si bien deja de lado completamente su trabajo, y por tanto la investigación en la que, se supone, está trabajando, para centrarse en aquella otra que evitará que dé con sus huesos en la cárcel. Poco a poco, y a medida que se va desarrollando y complicando la trama, la investigación le llevará por unos derroteros desconocidos e impensables en un principio pero que enriquecen sustancialmente la historia, hasta llegar a un final excepcional.

Pasando ya a los responsables de la cinta, me gustaría destacar el papel doble, de guionista y realizador, de Enrique Urbizu, un artesano que, a pesar de no prodigarse demasiado en el mundo del cine, cada vez que lo hace da en el clavo, o se acerca mucho. Suya es también la excelente "La caja 507", en la cual, he de reconocerlo, Coronado desempeña también un papel notablemente interesante, aunque no a la altura del trabajo hecho en "No habrá paz para los malvados". Con respecto a Coronado, poco más puedo decir que no haya dicho ya al inicio de esta reseña: está soberbio, punto. Del resto del reparto, destacar también la labor del televisivo Juanjo Artero y de Helena Miquel, ambos de lo más correctos y solventes. Como curiosidad, no deja de llamarme la atención que el segundo lugar en los créditos lo ocupe Rodolfo Sancho, quien interpreta al compañero de Santos, pues su papel es poco más que anecdótico, ocupando Artero el tercer puesto y siendo su papel notablemente más sustancioso.

Vamos, que "No habrá paz para los malvados" es cine negro del bueno, de ese que sabemos hacer en España, pero que, lamentablemente, pocas veces demostramos. Claro que, cuando alguien como Urbizu se pone manos a la obra, ello es garantía de un buen resultado.

Para terminar un consejo: vean "No habrá paz para los malvados". No hay excusa para no hacerlo.

lunes, 17 de octubre de 2011

Intruders



No sé si habrán dado cuenta, pero da la impresión de que hay una serie de directores españoles que, en lugar de desarrollar sus carreras dentro del territorio patrio, están logrando establecerse, de una forma más o menos exitosa, más allá de nuestras fronteras. Estoy pensando en Jaume Collet-Serra, realizador de la recientemente exitosa "Sin identidad" (y por favor, que nadie mencione "La casa de cera", pues entiéndanlo: este hombre tenía que comer, y tal...) y de Juan Carlos Fresnadillo, quien firmó en España la sorprendente y ciertamente interesante "Intacto" para luego dar el salto y sentarse en la silla de director en "21 semanas después", secuela de la cinaa de Danny Boyle "21 días después", y el film que ahora nos ocupa, "Intruders", que, a 10 días de su estreno, se ha encaramado a lo más alto de la taquilla española.

"Intruders" nos cuenta dos historias paralelas, una ambientada en Londres y otra en Madrid, que confluyen al final del film y que tienen un nexo común: el "monstruo" Carahueca, que atemoriza a los niños protagonistas de sendos hilos argumentales. Surge así, o parece que ello puede llegar a suceder, un nuevo monstruo cinematográfico, si bien en este caso se trata de uno que no tiene un rostro tan identificable como Freddy Krueger o uno oculto por una máscara tan característica como Jason Voorhees... pues carece de rostro alguno. Pero vamos, si la cosa sigue funcionando como lo está haciendo, no me sorprendería que este fuese el punto de partida de una nueva franquicia, con lo que, inevitablemente, se perdería bastante por el camino...

En lo tocante al personal a cargo de la cinta, como mencionaba al inicio, tenemos a Fresnadillo tras las cámaras, un realizador de lo más solvente y que, poco a poco, se está labrando una sólida carrera, con productos más que destacables en su filmografía. Respecto al reparto, tenemos, por un lado, a Clive Owen, protagonista de la historia que está ambientada en Londres, y que encarna al padre de la niña acosada por Carahueca y que, como es habitual en él, desempeña su rol con notable eficiencia y solidez (¡qué gran Bond se ha perdido el mundo del cine!); y por otro lado, en la historia situada en España, contamos con la presencia de una Pilar López de Ayala correcta haciendo las veces de la madre de un niño también acosado por el mencionado monstruo, pero que en modo alguno llega a despegar del todo y convertirse en esa gran actriz que parecía que iba a ser cuando protagonizó "Juana la Loca".

En fin, "Intruders" se está convirtiendo, poco a poco, en uno de los éxitos de esta segunda mitad de año, y ya no digamos del mes, bastante soso en lo que a estrenos cinematográficos se refiere, al mismo tiempo que está consiguiendo demostrar a propios y extraños que el cine español tiene, o puede tener, una clara tendencia hacia la internacionalización, consiguiendo productos sumamente interesantes y, en muchos casos, considerablemente más originales (aunque sólo sea en el planteamiento, y no tanto en la historia, como es el caso de la película que nos ocupa).

jueves, 13 de octubre de 2011

Capitán Trueno y el Santo Grial



Por fin, después de años y años de continuos aplazamientos, reescrituras y demás, llega a la gran pantalla la adaptación al cine del mítico Capitán Trueno, personaje protagonista del cómic del mismo nombre creado por Víctor Mora y Ambrós hace ya un puñado de años. Y lo hace en una producción notablemente imperfecta, con sus cosas buenas y sus cosas malas, pero que no por ello deja de rebosar un encanto especial por todos sus poros, pues nos encontramos ante uno de los tebeos más entrañables y archiconocidos de la banda diseñada made in Spain, con el que algunos nos criamos (a pesar de que, en el caso de un servidor, el personaje ya existía de antes).

"Capitán Trueno y el Santo Grial" no cuenta la historia del Capitán Trueno y sus inseparables compañeros Goliath y Crispín, los cuales en esta ocasión se ven enfrascados en una aventura que les llevará desde la llamada "Tierra Santa" de Las Cruzadas al Reino de Aragón, con una arriesgada misión: poner a salvo el mítico Santo Grial y evitar que caiga en manos malvadas. Por lo demás, aventura, acción, humor y algo de fantasía.

El proyecto de llevar al Capitán Trueno a la gran pantalla, como comentaba al inicio, empezó a germinar hace algunos años, si bien parecía tarea imposible que terminara de cuajar. Parecía que iba a acabar llegando a hacerse realidad cuando estuvo en manos del realizador Juanma Bajo Ulloa, pero las habituales desavenencias creativas (que cada uno entienda lo que mejor crea conveniente...) con los productores hicieron que la cosa quedara nuevamente en dique seco. Entonces apareció en escena el guionista y productor Pau Vergara, el cual ya nunca se separó del personaje y luchó a capa y espada para lograr que Trueno tuviera por fin un film que llevase su nombre. Aún así, el rodaje no fue inmediato, con un interminable baile de gente, hasta que por fin el viento empezó a soplar a su favor y la película empezó a concretarse, si bien con el detalle, completamente irrelevante, visto el resultado final, de que la actriz que inicialmente iba a interpretar a la princesa vikinga Sigrid, Elsa Pataky, abandonó el proyecto en favor de "Fast & Furious 5", en un intento de labrarse una carrera en Hollywood, siendo sustituída por la ucraniana Natasha Yarovenko.

Como bien decía al principio, la cinta es entretenida y, sobre todo, entrañable, al menos para todos aquellos que de pequeños disfrutamos con las aventuras del trío protagonista, lo cual hace que inevitablemente se nos escape una sonrisa al ver a nuestros adorados personajes en carne y hueso, viviendo todos y cada uno de los tópicos del cómic (como puede ser el voraz apetito de Goliath y las situaciones en que ello le mete no sólo a él, sino también a su inseparable Crispín). Ahora bien, el film adolece de un más que salientable defecto: su reparto. Y es que todos y cada uno de los actores que en él intervienen son rematadamente malos, probablemente con la única excepción del siempre correcto, pero nunca espectacular, Roberto Álvarez (en un papel secundario); y claro, si tenemos en cuenta que los peores de todos son el protagonista de la función (un Sergio Peris Mencheta que, por más que se esfuerce, nunca será buen actor) y su archienemigo (Gary Piquer, simplemente terrible), pues mal vamos...

Pues lo dicho: ¿se consideran amantes del cómic en que se basa la película, pues se criaron leyéndolo? En tal caso, lo mejor que pueden hacer es rascarse el bolsillo y pagar el precio de la entrada de cine, relajarse, tener la mente abierta y disfrutar del espectáculo. En otro caso, no garantizo nada...

miércoles, 12 de octubre de 2011

Los tres mosqueteros



Bueno, aquí tenemos la nueva apuesta del director/guionista Paul W.S. Anderson, responsable de, entre otras, Mortal Kombat, la saga Resident Evil o Death Race, quien en esta ocasión trata de sorprendernos con una nueva versión de uno de los clásicos por excelencia del gran Alejandro Dumas, y quizá el más famoso y admirado, "Los tres mosqueteros". Y digo trata de sorprendernos porque esta debe ser por lo menos la vígésima adaptación, ya sea a la gran o pequeña pantallas, y el simple hecho de aportar al conjunto unos rasgos aunque sea mínimamente innovadores se convierte en una tarea de notable dificultad. No obstante, él ha arremetido, ni corto ni perezoso, su personal visión de la historia y ha salido, si bien no tan triunfante como para que lo saquen a hombros de la plaza, sí notablemente airoso.

Este nuevo "Los tres mosqueteros" nos relata la archiconocida historia de D'Artagnan, un joven gascón que se dirige a París para convertirse en uno de los mosqueteros al servicio del rey, todo para darse de bruces con la cruda realidad: los mosqueteros ya no son el glorioso cuerpo que eran antaño, si bien ello no es óbice para que, tras conocer a los míticos Athos, Porthos y Aramis, se embarque en una aventura de tintes épicos. Del resto, Anderson construye una historia nueva, o trata de hacerlo, por lo menos, servida con una excelente ambientación y una puesta en escena ciertamente admirable y visualmente impactante.

Hay quien sostiene que Paul W.S. Anderson es un inútil redomado, que, cinematográficamente hablando, no sabe hacer la O con un canuto y que cada vez que se embarca en un proyecto, nada bueno puede salir de ahí... Pues bien, a pesar de que no dejo de reconocer que cada uno es muy libre de opinar lo que estime conveniente u oportuno, un servidor no puede estar más en desacuerdo, pues para mí Anderson es una persona con una visión más que interesante sobre el mundo del cine, concibiéndolo como puro entretenimiento, buscando siempre divertir y, en cierto modo, sorprender al público, que es algo que nunca, bajo ningún concepto, debería perderse de vista. Y como tal, hace bien su trabajo, le pese a quien le pese. Pero bueno, no todo el monte es orégano, pues lo que no soporto, pues soy un firme detractor de ello, como ya he sostenido anteriormente, es esa tendencia que tiene últimamente de rodar sus films para ser exhibidos en formato 3D (lo que ralentiza notablemente las escenas de acción, haciéndolas, si cabe, un poco más aburridas). En lo tocante al reparto, hagamos una pequeña reflexión: tenemos a Milla Jovovich, a la sazón la esposa de Anderson, haciendo de Milla Jovovich, con lo cual, no nos llevemos a engaño, le va bien, así que ¿para qué cambiar de modus operandi? Los tres mosqueteros del título, Matthew Macfadyen, Ray Stevenson y Luke Evans, están simplemente correctos y cumplen con su cometido a la perfección. Logan Lerman (D'Artagnan) apunta maneras y, creo, dará más que hablar en el futuro. Respecto al actor que encarna al Cardenal Richelieu, Christoph Waltz, pues bueno, a pesar de ser un auténtico monstruo de la interpretación (gracias, Tarantino), hay que decir que no se ve que se tome su papel muy en serio... Y ya para terminar, contamos con la presencia de un Orlando Bloom pasadísimo de rosca interpretando al Duque de Buckingham, aunque claro, tampoco se le pueden pedir peras al olmo.

En resumen, "Los tres mosqueteros", versión Anderson, es entretenida, visualmente impecable, divertida y trata de ser innovadora, lo cual consigue en su puesta en escena, pero no tanto en la historia narrada. Por supuesto, no la comparen con anteriores versiones, antiguas o nuevas, pues ya se sabe que las comparaciones son odiosas. Eso sí, tengan la mente abierta, pues verán barcos volando...

lunes, 3 de octubre de 2011

Noche de miedo



Antes de nada, quisiera dejar claro, para que conste, que un servidor no ha visto el film original estrenado en 1985 del que ahora nos llega el remake. Y lo comento porque no es mi intención aquí, por motivos obvios, hacer una comparación entre ambas cintas. Ya se sabe: las comparaciones son odiosas, y al no haber visto la versión original, no es plan...

"Noche de miedo", como mencionaba, es una nueva versión o remake de, también, "Noche de miedo", film que combinaba terror con algo de comedia y que, le pese a quien le pese, marcó época (modestamente hablando, es cierto). Nuavemente, he aquí un ejemplo de la falta de coraje y las más mínimas ganas de arriesgar de los productores de Hollywood, que no hacen más que bombardearnos, con perdón de la expresión, con adaptaciones de libros, cómics (¡y hasta artículos de periódico!), secuelas, precuelas, remakes... En fin, ¡qué les voy a contar que no les haya relatado ya una y mil veces!

El "nuevo" film nos cuenta lo mismo que su predecesor, a la sazón la historia de un chaval (Anton Yelchin) que vive en la típica urbanización estadounidense que estamos tan acostumbrados (¿o más bien cansados?) de ver en cantidad de producciones venidas de allende el Atlántico, cuya vida da un giro radical cuando hace acto de presencia un nuevo vecino (Colin Farrell), que resulta ser, nada más y nada menos, un vampiro. Lo curioso es que, no obstante el hecho de que estamos más que saturados de ver una y otra vez películas con o de vampiros, "Noche de miedo" resulta ciertamente simpática, a la par que entretenida, todo ello siempre y cuando no acudamos al cine esperando encontrarnos la producción cinematográfica del año, pues se trata de verla y, simplemente, disfrutar.

Habitualmente, en mis reseñas realizo una pequeña reflexión acerca de quiénes se hallan detrás y delante de las cámaras de cada film que comento, haciendo una valoración de sus trabajos. Pues bien, en el caso que nos ocupa poco o nada hay que decir, pues en las tareas de realizador tenemos a un desconocido Craig Gillespie, quien desempeña su labor de forma simplemente correcta, mientras que en lo tocante a su reparto, bien nos lo podrían cambiar entero y no nos daríamos cuenta. Me gustaría destacar solamente la labor de Colin Farrell (no precisamente en el buen sentido), quien en el plazo de los últimos tiempos parece andar un poco perdido (a ver si con el remake de "Desafío total" logra encontrarse... ¿Otro remake? ¡Quién lo habría dicho!), pero es que en esta anda muy, pero que muy despistado...

En resumen, "Noche de miedo" es entretenida, de estas cintas para pasar el rato (a quien le guste, con un barreño de palomitas de estos que venden a la entrada del cine, lo cual, todo sea dicho de paso, constituye el negocio más rentable hoy en día para los dueños de los cines...). Ahora bien, no se esperen grandes interpretaciones, ni una gran labor de realización... En fin, que vayan sin expectativas, pues es más que probable que así disfruten de la película.

domingo, 2 de octubre de 2011

Cowboys & Aliens



Seamos sinceros y no nos engañemos, por más que nos pese: el western, como género cinematográfico, está muerto y enterrado. Es una realidad indiscutible. ¿La prueba? Que todas y cada una de las producciones que se estrenan en la gran pantalla, con contadas excepciones (me viene a la mente la reciente "Valor de ley", de los hermanos Coen), se convierten en un sonoro y estrepitoso fracaso, recaudando, en la mayor parte de los casos, una cantidad notablemente inferior a la mitad de su presupuesto. Y el caso de la cinta que nos ocupa, "Cowboys & Aliens", no es distinto, pues a pesar de ese "Aliens" del título, no debemos perder de vista que "Cowboys" aparece en primer lugar; y es que el film es un western 100%, si bien con una serie de, digamos, peculiaridades...

La película protagonizada por el sobrevalorado Daniel Craig y el incombustible Harrison Ford nos cuenta, a grandes rasgos, la historia de Jack Lonergan (Craig), un vaquero que no recuerda nada de su pasado inmediato, siendo la única conexión con éste un extraño brazalete anclado de forma inseparable a su muñeca. Tal artefacto resultará ser de origen extraterrestre, como tristemente se darán cuenta tanto Lonergan como los desdichados habitantes de Absolución, "gobernados" con mano de hierro por el Coronel Francis Dolarhyde (Ford). No obstante, y como bien relataba al inicio de esta reseña, "Cowboys & Aliens" es puro "cine de vaqueros", si bien en lugar de los habituales indios como los malos de la función, tenemos... eso, aliens.

Detrás de las cámaras, tenemos al ascendente Jon Fabreau, que se dio a conocer al gran público y empezó a labrarse una carrera como realizador con "Iron Man", siendo el principal responsable de que el film, a pesar de haber sido un fracaso, sea un western de notable calidad, entretenido, medido en un principio y más desmadrado, permítanme la expresión, a medida que va avanzando su metraje y la ciencia-ficción, inevitable al tener a seres extraterrestres de por medio, va cobrando protagonismo. En lo tocante a su reparto, éste viene encabezado por Daniel Craig, un actor que, sinceramente, no acabo de saber a ciencia cierta por qué goza del status que tiene, pues los únicos éxitos de taquilla que ha cosechado a lo largo de su carrera desempeñando roles protagonistas han sido las dos películas de la saga Bond en las que ha participado; igual tiene que ver con el hecho de que sus dotes interpretativas son más bien limitadas... no digo más. En cambio, como contrapartida tenemos a Harrison Ford, quien actualmente está considerado, como se suele decir, "veneno para la taquilla", ya que sus incursiones en el cine, remontándonos 10 años atrás, han sido todas un auténtico fracaso (con la excepción de "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal", que para eso funcionó porque se trataba de Indiana Jones, ni más ni menos, porque la película... en fin, sin comentarios), claro que de ignorantes está el mundo lleno, y hay muchos estrechos de miras que no son capaces de ver más allá de sus narices y darse cuenta de que Ford es, y siempre será, un actor magnífico y probablemente el más carismático de su generación.

Resumiendo, "Cowboys & Aliens" es una notable muestra de los que un buen western debería ser, al que se ha añadido un toque hasta ahora inédito en este tipo de cine: extraterrestres, consiguiendo una combinación con la ciencia-ficción perfecta y dando como resultado una cinta de lo más entretenida y recomendable. Lástima que tal experimento no haya sido respaldado por el gran público en la taquilla, pues ello, es más que probable, lo que hará será que los productores hollywoodienses hagan todavía más lo que hace tiempo que vienen haciendo con asiduidad: apostar una y otra vez por lo mismo de siempre, sin arriesgar ni un ápice (no me cansaré de repetirlo).

Y no quisiera terminar sin antes hacer una pequeña reflexión acerca de lo que este producto podía haber sido de haber tenido como protagonista a quien inicialmente estaba ligado al proyecto: el inconmensurable Robert Downey, Jr... ¿qué opinan ustedes?


lunes, 12 de septiembre de 2011

In memoriam: Andy Whitfield (1974-2011)



Con mi entrada de hoy, la cual será sustancialmente más breve de lo habitual, pretendo rendir un sincero y modesto homenaje al actor nacido en Gales y criado en Australia Andy Whitfield, que nos dejó el día 11 de septiembre a la edad de 37 años a causa del linfoma que padecía.

Whitfield se dio a conocer por su papel protagonista en la serie "Spartacus: Sangre y arena", cuya segunda temporada ya no pudo filmar por culpa de la enfermedad, siendo sustituído por Liam McIntyre. Antes de eso, la verdad es que poco hizo, si bien la fuerza que le imprimió al legendario Espartaco, notablemente diferente al interpretado por Kirk Douglas en 1960 en el film de Stanley Kubrick, hará que permanezca para siempre grabado a fuego en nuestras retinas.

Va por ti, Andy. Descansa en paz.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Super 8



Si hay un rasgo que caracteriza peculiarmente, y que nadie diga lo contrario, a J.J. Abrams, guionista y director de "Super 8", es su gran versatilidad a la hora de poner en pantalla los proyectos en los que participa, o de los cuales es su principal impulsor. Ejemplo de tal afirmación es que este hombre ha sido creador de series tan dispares como "Felicity", "Alias" o "Perdidos", director de "Misión Imposible III" y la nueva e innovadora versión de "Star Trek" y productor y más importante avalista de "Monstruoso", la cual, al igual que "Super 8", narra los estragos causados por un monstruo de considerables dimensiones, si bien con un estilo de narración y un punto de vista radicalmente diferentes.

"Super 8" nos cuenta la historia de un grupo de chavales que tratan de rodar una cinta en el formato de celuloide cuyo nombre da título al film, y cuyas vidas se ven trastocadas por el descarrilamiento de un tren militar en las inmediaciones de su pequeño pueblo natal. Tal hecho provocará que "algo" se escape de uno de los vagones del tren, como consecuencia de lo cual la población se verá inmediatamente ocupada por fuerzas militares, que llevarán el asunto en un ambiente de secretismo absoluto. Pero claro, no por ello nos encontramos ante la típica "película de monstruo", tipo "Godzilla", sino más bien al contrario, ya que lo que Abrams nos ofrece es una historia humana, alejada de la fantasía o la ciencia-ficción, pues los rasgos del argumento de este calibre permanecen en un segundo plano, centrándose en los casi adolescentes protagonistas, sus familias, sus amigos y las relaciones entre éstos.

La cinta que nos ocupa tiene un responsable claro y absoluto, y no es otro que el ya mencionado Abrams, quien se ha encargado de escribir el libreto y de plasmarlo en imágenes, todo ello avalado por el todopoderoso Steven Spielberg, el cual, a pesar de ser este uno de esos proyectos en los que se limita a poner el dinero que considere oportuno y luego dedicarse a otros menesteres que merezcan su atención, no deja de hacerlo en algo que cree tiene un considerable potencial (y más sabiendo quién se halla detrás). Y Abrams no desaprovecha esa confianza, construyendo una historia sólida, sin fisuras (al margen de ínfimos detalles que, estoy segurísimo, más de uno se encargará de buscar minuciosamente; pero claro, gente que se aburre hay en todos lados...), logrando uno de los mayores, mejors y merecidos éxitos del año. Ya en lo referente a su plantel de actores, "Super 8" tiene dos vertientes: por un lado, los protagonistas que rozan la adolescencia y los secundarios adultos, prácticamente todos ellos desconocidos, pero que desempeñan su papel correctamente, sin que ninguno sobresalga en protagonismo por encima de los demás, claro que ello es algo buscado deliberadamente y necesario para un film de estas características. No obstante lo dicho, he de reconocer que sí hay un integrante del elenco que sobresale por encima de los demás, ya no por tener más diálogo o más escenas, sino por méritos propios, convirtiéndose en una de las mejores bazas del film: me estoy refiriendo a Elle Fanning, quien, hasta hace poco tiempo, no era más que "la hermana de Dakota" (claro que, de seguir así la cosa, llámenme osado si quieren, Dakota Fanning empezará a ser conocida como "la hermana de Elle", y si no me creen, tiempo al tiempo...).

De "Super 8" se ha venido escuchando que es "Los Goonies" del siglo XXI... Tal calificación puede parecer exagerada o quizá prematura, pues al siglo en el que vivimos les quedan aún unos cuantos años para que  llegue a su fin, si bien no puedo dejar de reconocer que tal calificativo no le queda del todo grande, a riesgo de que haya quien me tache de sacrílego.

¡Ah! Por cierto... "Super 8" nace de un guión original de Abrams, quien no se ha basado en ningún tipo de material preexistente, logrando una historia que, al menos, respira algo de originalidad a través de sus poros. ¿A que resulta ciertamente refrescante?

miércoles, 31 de agosto de 2011

Conan, el Bárbaro



Por fin tenemos entre nosotros, tras años y años dando vuelta por unos cuantos cajones de los escritorios de más de un productor hollywoodiense, y sin saber si se trataría de una secuela, de un remake o de qué demonios, "Conan, el Bárbaro", nueva versión del clásico producido en 1982 y protagonizado por el ex-gobernador de California, Arnold Schwarzenegger (al que seguiría "Conan, el Destructor" en 1984), y basado en el personaje creado por Robert E. Howard. Y lo hace con dos puntos fuertes a su favor: en primer lugar, el nuevo Conan llega hasta nosotros actualizado, pues, no nos engañemos, no corren tiempos favorables para la clase de héroe (o antihéroe, según por donde se mire) que encarnó en su momento Schwarzenegger, y en segundo lugar, lo hace también sin calcar la historia, los personajes o los planos utilizados años ha por John Milius.

"Conan, el Barbaro" narra la historia del cimmerio cuyo nombre sirve de título al film, encarnado en este caso por el actor hawaiano Jason Momoa, nacido del vientre de su madre en el fragor de la batalla, dato que definirá su vida, marcada por la violencia en todo momento, lo que lo dotará de la tenacidad y la fuerza necesarias para dar caza al asesino de su padre, un hombre con aspiraciones divinas. El resto, pues acción a raudales, muchos más diálogos que en la película precedente (este nuevo Conan es notablemente más parlanchín que su predecesor, rasgo debido al proceso de actualización del personaje que mencionaba al inicio) y algo de fantasía, aunque no demasiada, rasgo que sorprendió al que esto suscribe, y no necesariamente de forma desfavorable.

Haciendo referencia a los responsables de la cinta, detrás de las cámaras tenemos al eficiente Marcus Nispel, realizador de la nueva versión de "La matanza de Texas" y de "El guía del desfiladero", que para muchos le supuso una suerte de entrenamiento para el nuevo Conan (y de su remake de "Viernes 13" mejor me olvido...). Y delante de las cámaras aparecen el ya mencionado Momoa, ejerciendo de protagonista, cuyo papel obtuvo gracias a su notable interpretación de Khal Drogo en la popular "Juego de Tronos", Stephen Lang y Rose McGowan ejerciendo de malos malísimos, algo que se les da francamente bien, habiéndolo ya demostrado el primero en la horrenda "Avatar", y Rachel Nichols, la cual, mucho me temo, poco más hace que ejercer de florero al lado del protagonista, a pesar de que esta chica tiene mucho más que dar que eso; mención aparte merece la aparición en la película del siempre genial Ron Perlman, quien, con su sola presencia, eleva la calidad del producto en el que aparece, por nefasto que éste sea (y que conste que con este comentario no me refiero al film que nos ocupa), si bien es una pena que su personaje aparezca tan pocos minutos en pantalla...

Habrá muchos que, ante esta nueva versión de las aventuras de lo que ellos seguramente consideran un personaje intocable, renieguen de ella, la critiquen (con o sin razón) y se rasguen las vestiduras por no entender cómo en Hollywood han perpetrado tamaño ultraje... Pues bien, para empezar, lo de siempre: esta nueva versión se debe, nada más y nada menos, a la tremenda falta de ideas en el cine actual (¿a alguien le sorprende esta afirmación?), así como también a las pocas ganas de los productores de arriesgar su dinero, apostando por aquello que funcionó en su momento y encomendándose a todos los santos para que vuelva a hacerlo. Ahora bien, y pese a lo anterior, el nuevo "Conan, el Bárbaro", y con permiso de la primera versión, supone un espectáculo de lo más entretenido, divertido incluso y bien rodado, enmarcado en el género denominado "espada y brujería". Sólo un consejo, no orientado a nadie en particular: vean la película sin nociones preconcebidas y aparten de sus cabezas la idea de que "seguro que es mejor la vieja"... Si lo consiguen, disfrutarán como enanos, llegando, si tienen suerte, a revivir algunas de las sensaciones que vivían siendo niños en aquellas contadas y especiales ocasiones en que sus padres los llevaban al cine, la cual, muy probablemente, se haya ido diluyendo con el transcurrir de los años.

domingo, 28 de agosto de 2011

El origen del Planeta de los Simios



En fin, aquí tenemos una nueva propuesta venida desde Hollywood que de nueva no tiene nada, para no variar... Me explico: el film que nos ocupa, "El origen del Planeta de los Simios", es una precuela (o quizá más bien un reboot, que están muy de moda ahora...) del film de Tim Burton estrenado en el año 2001, que a su vez era un remake de la cinta estrenada en 1968 y protagonizada por el desaparecido Charlton Heston, la cual a su vez era una adaptación (bastante libre, eso sí) del libro escrito por el francés Pierre Boulle en 1963... Bueno, creo que el que más y el que menos ya ha pillado por dónde van los tiros, ¿o no? Ahora bien, no obstante la tremenda (y casi delictiva) falta de originalidad de "El origen del Planeta de los Simios", ésta se ha convertido en el éxito sorpresa (un sleeper, como les gusta decir allende el Atlántico) del verano, superando a un producto inicialmente destinado al éxito más absoluto como es "Capitán América. El primer vengador", en España estrenada el mismo día que aquélla.

La película dirigida por el desconocido Rupert Wyatt nos cuenta la historia de Will Rodman, encarnado por el soso James Franco, un científico que trata de hallar una cura para el Alzheimer, inyectando una droga experimental a un puñado de chimpancés, hasta que una hembra da a luz a un vástago, de nombre César, que lleva los efectos de la mencionada droga codificados en su ADN, lo cual lo hace sumamente más inteligente que el resto de sus congéneres. De ahí en adelante, pues se pueden hacer una idea de cómo se va desarrollando, más que nada porque todos somos conscientes de que eso de "Planeta de los Simios" no puede acabar muy bien para la raza humana...

¿Es "El origen del Planeta de los Simios" buena o mala? Bien, vayamos por partes... Su comienzo es de lo más aburrido y soporífero, ya sea por la fastidiosa e ingrata tarea de tener que presentarnos a los personajes, o porque su casi novato director no sabe imprimirle a la cinta el ritmo requerido, cosa que sí consigue a medida que va avanzando su metraje, de forma que se vuelve más entretenida y, ¿por qué no decirlo?, también divertida. Pero ello no es óbice para que nos encontremos ante un producto que no nos ofrece nada nuevo bajo el Sol, pues, nada más empezar la película, no nos engañemos, sabemos perfectamente cómo va a acabar, o al menos cómo van a quedar enfocadas las cosas, lo cual, en mayor o menor medida, le resta emoción al asunto (un poco como visionar "Star Wars. Episodio III. La venganza de los Sith" sabiendo a la perfección cuál es el destino del incauto Annakin Skywalker...). Vamos, que nos encontramos ante una cinta correcta pero 100% carente del más mínimo atisbo de originalidad, lo cual, por repetitivo, hace de ella algo perfectamente prescindible (y digo esto en contra de los resultados obtenidos en la taquilla...).

En lo tocante a su reparto, nada digno de mención, a no ser la tremenda sosería que James Franco les imprime siempre a los personajes que interpreta (a excepción, supongo, de "127 horas", que aún no he visto, y por la que fue nominado al Oscar). Sí merece una mención destacada Rupert Wyatt, su realizador, quien, a pesar de no ser capaz de otorgarle al film el ritmo deseado en sus inicios, sí se erige en una promesa a tener en cuenta en el futuro del cine, si bien es cierto que está por ver si se convertirá en un director con algo que decir o si se limitará a ser uno de esos realizadores, estilo Martin Campbell, que llegan, ruedan mecánicamente y se van, sin aportar nada más y dejando el resultado final en manos de los todopoderosos productores.

Resumiendo, "El origen del Planeta de los Simios" ofrece lo que su propio título indica: más de lo mismo. Pero claro, eso es habitual en la taquilla desde hace ya demasiado tiempo, así que, si quieren divertirse un rato (superada su aburrida primera parte), vayan a verla. Y si no, pues a otra cosa, que tampoco se perderán nada por lo que después se vayan a dar cabezazos contra las paredes.

lunes, 15 de agosto de 2011

Capitán América. El primer Vengador



Bueno, aquí tenemos, por fin, la adaptación al cine (la buena, quiero decir, no aquel engendro pergeñado por Albert Pyun en los años 90) de uno de los personajes más antiguos y emblemáticos de la casa Marvel, como es el llamado Centinela de la Libertad. Y el resultado es ciertamente notable, con un reparto sólido, un guión interesante y una realización correcta, lo cual ya es mucho si tenemos en cuenta que quien se halla detrás de las cámaras es Joe Johnston, un individuo que en su haber posee títulos como "Cariño, he encogido a los niños" o "Jumanji".

"Capitán América. El primer Vengador" relata la historia de Steve Rogers, un joven enclenque y debilucho, rechazado para el servicio militar, pero que por su tremendo valor y perseverancia es elegido para formar parte del "Proyecto Super-Soldado", en el que se le inyectará un suero cuasi-experimental que lo convertirá en eso, un super-soldado. Y de ahí en adelante, pues se nos obsequia con acción de la buena, un villano carismático a la par que intimidatorio y un desarrollo de la historia ciertamente bien resuelto.

El film que nos ocupa supone la quinta producción, tras "Iron Man", "El increíble Hulk", "Iron Man 2" y "Thor", de Marvel Studios, que no es sino el resultado de la decisión tomada por los más altos dirigentes de la editorial Marvel de crear su propia productora cinematográfica y ser ellos los encargados de las producciones que lleven a la pantalla grande a sus personajes, en lugar de venderles los derechos de adaptación a otras majors, como es el caso de "X-Men", cuyos derechos posee la Fox, o "Spiderman", en manos de Sony. Y con ello tambien han empezado a entretejer todo un entramado que dará sus frutos el año que viene, cuando se estrene en los cines de todo el mundo "Los Vengadores", cinta en la cual podremos ver juntos a Iron Man, Thor, el Capitán América, Hulk, Ojo de Halcón, la Viuda Negra y Nick Furia, personajes que ya han ido apareciendo, en mayor o menor medida, en todas las películas estrenadas hasta la fecha, si bien es cierto que Furia, encarnado por Samuel L. Jackson, es el personaje que más presencia ha tenido, pues es el encargado de llevar a buen puerto el denominado "Proyecto Vengador".

Pasando ya a los responsables del film que nos ocupa, como decía al principio, nos encontramos con un reparto sólido, encabezado por Chris Evans, quien en su momento encarnó a otro personajes de rasgos superheroicos, como es la Antorcha Humana de "Los 4 Fantásticos", quien desempeña su labor con eficiencia, haciendo justo lo que se le pide y lo que se espera de él. En el otro lado de la balanza tenemos a su némesis, Cráneo Rojo, encarnado por el genial Hugo Weaving, quien, como ya demostró en "V de Vendetta", no sólo es capaz de actuar (y digo actuar en todo el sentido de la palabra) con la cara cubierta con una máscara o con kilos de maquillaje, sino de salir victorioso de semejante tarea. Del resto, tenemos a un reparto de secundarios de lujo, compuesto por, entre otros, Tommy Lee Jones, Stanley Tucci y el ya mencionado Samuel L. Jackson, que le otorgan una notable entidad a un proyecto de estas características, y que de no ser así podría haberse quedado en un mero vehículo para exclusivo lucimiento de su protagonista. Ya en lo tocante a la parte que no vemos, por así decir, tenemos al realizador Joe Johnston, un tipo que, pese a llevar ya unos cuantos años desempeñando su oficio, no acaba de pillarle el punto, resultando, para quien esto escribe, una opción de lo más desacertada para llevar a cabo un proyecto de estas características, si bien no dejo de admitir, pues sería injusto decir lo contrario, que en "Capitán América. El primer Vengador" desempeña su labor con una correción encomiable, si bien en ningún momento resulta espectacular o innovadora (claro que tampoco le podemos pedir peras al olmo, ¿no?).

En fin... ¿Les gusta pasar el rato viendo una película de acción? ¿Son admiradores, más o menos entusiastas, de los cómics Marvel y sus adaptaciones cinematográficas? Si la respuesta es "Sí" a ambas cuestiones, disfrutarán con las aventuras del Capitán América, pero si es "No", mejor que dediquen su tiempo a otros menesteres, porque, a fin de cuentas, todo el mundo sabe lo que nos podemos esperar de una cinta de estas características, ¿me equivoco?

No quisiera terminar esta reseña sin hacer un pequeño comentario: hay quien opina que un personaje de las características del Capitán América no es sino el culmen del sentimiento patriótico americano, de esa foma de sentir que son los mejores que tienen allende el Gran Charco, que sin ellos no somos nada, esa sensación de ser la policía del mundo, como ya he mencionado en otras ocasiones... Pues bien, no dejo de reconocer que ello, en gran medida, puede ser cierto, pero vamos, si nos disponemos a ver la película que nos ocupa, debemos hacerlo con la mente relativamente abierta, y tomarnos al Capitán América como un superhéroe más, y no como símbolo del patriotismo americano.

lunes, 8 de agosto de 2011

Green Lantern



Vamos a ver... Antes de entrar a valorar la película que nos ocupa, quisiera recapacitar acerca del título de la misma, "Green Lantern" (Linterna Verde, para entendernos), en alusión directa a su superhéroe protagonista. Pues bien, la pregunta que me corroe las entrañas y no me deja dormir por las noches es la siguiente: con todos mis respetos, vaya eso por delante, ¿quién demonios fue el iluminado al que se le ocurrió un nombre tan tremendamente estúpido y absurdo para un superhéroe? De verdad, les juro que no me entra en la cabeza. Por intimidatorio fijo que no es, eso seguro, porque ya me dirán... ¿Hay alguien a quien le meta el miedo en el cuerpo un individuo que responde al apelativo de "Linterna" (da igual del color que sea)? Va a ser que no, a no ser que detrás de él venga un ejército compuesto por el resto de los integrantes de la ferretería... En fin, después de esta pequeña "rajada", pasemos a valorar el film en sí, nombre al margen.

"Green Lantern" supone un nuevo ejemplo de ese aluvión de cintas basadas/inspiradas en personajes de cómic, ya sea por parte de DC, como es el caso, o de Marvel, con el que estamos siendo invadidos en el plazo de los últimos tiempos, si bien aquélla se ve afectada por el importante handicap de que se trata de un personaje notablemente desconocido para el gran público (vamos, no es como Superman o Batman, por citar los dos ejemplos más conocidos de la editorial DC). Ello, en mayor o menor medida, supone un obstáculo para que la película pueda escalar a lo más alto del box office (prueba irrefutable de ello es que en su primera semana en cartelera ocupaba el número 2 de la lista de las más vistas, superada por... "Los Pitufos").

Ya en lo tocante a la película en sí, dejando de lado el hecho de que el cómic no sea muy conocido, pues resulta entretenida, pero no espectacular, a pesar de los múltiples efectos visuales con que nos obsequia, contándonos la historia de Hal Jordan, un piloto de las Fuerzas Armadas de los EE.UU. que es elegido para formar parte de los "Green Lantern Corps", una especia de patrulla intergaláctica encargada de velar por la seguridad de todo el espacio (ahora que lo pienso: lo que les tiene que reventar a los estadounidenses no ser ellos los encargados de semejante tarea, ¿no creen?), lo da lugar a toda una serie de situaciones, algunas cómicas, como son aquellas en las que el protagonista trata de adaptarse a su nuevo status como policía espacial, y otras que pretenden resultar espectaculares y dejarnos con la boca abierta, en las que Jordan viaja a los confines del universo para conocer de primera mano todo un mundo que antes pensaba que sólo eran quimeras.

Pasemos ahora a analizar la labor realizada por el personal implicado en el film, tanto delante como detrás de las cámaras. En primer lugar, tenemos a Ryan Reynolds, protagonista cuasi absoluto que interpreta su papel exactamente de la misma forma que lo hace siempre (a excepción de "Buried", en la que nos demostró el gran actor que oculta dentro, pero que no suele dejar salir), esto es, de una forma ciertamente insulsa y descafeinada. En el plano femenino tenemos a Blake Lively, quien desempeña con corrección e indiferencia su papel de mujer-florero, si bien le queda mucho por demostrar si quiere que la consideremos "actriz". Terminando ya de analizar algunos miembros de su reparto, tenemos al gran Mark Strong, quien, para variar, no tiene a su cargo el rol de malo de la película, pero que, como siempre, desempeña su papel a la perfección, demostrándonos una vez más el increíble actor que es. Y detrás de las cámaras está el siempre correcto pero nunca sobresaliente ni original Martin Campbell, responsable de, entre otras, "Escape de Absolom", "Goldeneye", "Límite vertical" y "Casino Royale", quien desempeña su labor de forma eficaz pero no eficiente (claro que mejor eso que tener a Brett Ratner o algún otro gañán de su calibre sentado en la silla de director...).

En fin, que "Green Lantern" es entretenida, palomitera, que se suele decir, pero vamos, en ningún caso acudan al cine pensando que se van a encontrar con el "Batman Begins" de Christopher Nolan sólo porque han oído en algún lado que el personaje es de DC como el Hombre Murciélago...