sábado, 17 de diciembre de 2011

Misión: Imposible. Protocolo fantasma



Tom Cruise anda necesitado de un éxito de taquilla de una forma notablemente urgente. Y se nota. De ahí que haya decidido embarcarse, como productor y protagonista, en otra aventura del agente Ethan Hunt en esta nueva entrega de la saga "Misión: Imposible", iniciada, con la inestimable ayuda del gran Brian DePalma, en el ya lejano 1996. Y para ello se ha rodeado de un equipo técnico de lo más interesante: J.J. Abrams, realizador de la tercera entrega, todo sea dicho de paso, en tareas de producción (a través de su compañía Bad Robot), y Brad Bird, director hasta ahora únicamente de cintas animadas (como la excelente "Los Increíbles"), y para el cual el film que nos ocupa supone su prueba de fuego, pues decidirá, probablemente, si conseguirá dar el salto al cine en imagen real.

En "Misión: Imposible. Protocolo fantasma", el agente Hunt se ve inmerso en una nueva y complicada misión, si bien esta vez lo hace sin autorización de ningún tipo, pues tanto él como su equipo han sido culpados de la reciente destrucción del Kremlin, con la consiguiente desactivación de la FMI, el organismo gubernamental para el que trabajan, y cuyo nombre han de limpiar. El resto: grandes escenarios, persecuciones, escenas de acción vertiginosas... Vamos, toda una serie de ingredientes a los que ya estamos habituados en una producción de estas características, y más tratándose ya de la tercera secuela de la saga.

Seamos francos: la cinta que nos ocupa no nos depara ningún tipo de sorpresa, pues se limita a repetir esquemas, situaciones y, si nos apuramos un poco, casi hasta guión. Pero bueno, no debemos perder de vista que nos encontramos ante la cuarta entrega de una saga, con lo que la frescura y la tan escasa últimamente originalidad hace tiempo que se quedaron por el camino, sólo pudiendo esperar de una producción de estas características que resulte entretenida, que nos haga pasar el rato de una forma más o menos agradable. Ni más ni menos. Esperar algo distinto sería de ilusos...

"Misión: Imposible. Protocolo fantasma" supone un vehículo para lucimiento de su protagonista, Tom Cruise, quien, como mencionaba al principio, necesita un éxito de taquilla inmediatamente, pues en el plazo de los últimos años no ha acertado mucho en lo que a la taquilla se refiere, de ahí que haya decidido ir a lo seguro, por así decir, resucitando a un personaje que le ha dado grandes satisfacciones (y luego dicen que Stallone es tonto...). No obstante, no es un papel con el que el protagonista de "Top Gun" pueda lucirse interpretativamente (ni lo pretende, por otro lado). El resto del reparto, son meras comparsas (quizá con la excepción de Jeremy Renner, el nuevo actor de moda en Hollywood, como atestiguan sus participaciones en "Los Vengadores" y en "The Bourne Legacy", una especie de spin-off de la saga protagonizada por Matt Damon). Ya en lo referente a la parte que no se ve, aquella que se encuentra detrás de las cámaras, Brad Bird desempeña su tarea con eficacia, si bien no brilla en exceso, de ahí que quien esto suscribe no termine de ver del todo claro su futuro en el cine en imagen real (al menos, como autor de carácter y no como simple mandado que filma y se va...), mientras que el genial J.J. Abrams se limita a poner el dinero, como productor que es, y punto.

En fin, que la película es, ni más ni menos, lo que parece. No engaña, ni intenta hacerlo. Es consciente de sus defectos y virtudes, o más bien Cruise sabe qué puede hacer y lo que no, pues ya es perro viejo en la franquicia. Teniendo todo esto claro, no hay problema, y puede que consigan pasar un rato agradable y disfrutar de las nuevas aventuras de Hunt y su equipo.

No quisiera terminar sin hacer mención a algo: es notablemente fácil llevar a buen puerto misiones que a priori parecen imposibles cuando puedes contar con todo tipo de instrumentos y aparatos que a los guionistas les resulta muy fácil "inventar", sin siquiera estrujarse un poco los sesos para tratar de hacerlo mínimamente real, como pueden ser guantes que se pegan a las paredes o extraños aparatos que, misteriosamente, encajan a la perfección sobre los letreros indicadores de los números de habitación de un hotel y los cambian sin dejar ningún tipo de rastro de la modificación... ¿No creen?

3 comentarios:

  1. Pues como siga con la tendencia desdencente de la saga...

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  2. Bueno... A estas alturas, ya poco se puede esperar de la saga...

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  3. Pues a mi esta me ha gustado bastante mas que la 3º,aunque como la primera o la segunda ninguna de ellas.

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