domingo, 29 de mayo de 2011

El sicario de Dios



¿Recuerdan lo que decía al hilo de "Fast and Furious 5"? ¿Aquello de que lo más conveniente es saber lo que uno va a ver al cine? Pues es plenamente aplicable a la película que nos ocupa, "El sicario de Dios". Lo digo más que nada porque en la butaca de al lado a la que ocupaba un servidor, había un chico riéndose a carcajadas ante determinadas situaciones, como puede ser aquella en la que el protagonista entra en una especie de cabina de confesión, en la que el gran padre de la Iglesia, por medio de una grabación, lo redimirá de todos sus pecados... Vale, admito que la escena en sí en hilarante, pero no debemos perder de vista que estamos antes un film de ciencia ficción cuya línea argumental principal y única nos relata que, en un mundo post-apocalíptico y dominado por la Iglesia, los sacerdotes son antiguos guerreros, actualmente parias de la sociedad, que años ha lucharon contra los vampiros y los vencieron... o no del todo, y ahí es cuando empieza la verdadera trama del film, en la que el protagonista, llamado simplemente "Sacerdote", tiene que volver a coger las armas y emprender una nueva lucha para rescatar a su sobrina de las manos de los chupasangres, aún en contra de los deseos de la propia Iglesia.

El resto, nada más, a sentarse y disfrutar con un barreño de palomitas y un refresco de 3,5 litros delante (eso a quien le guste, claro, porque este menda pasa del tema...), pues lo que nos espera es una cinta que combina la ciencia ficción post-apocalíptica con el cine de vampiros, con escenas de acción imposibles y algún que otro detalle humorístico. No obstante lo dicho, plantea, a mi parecer, algún que otro detalle novedoso, sobre todo en lo que al tema vampírico, ya de por sí sobreexplotado, se refiere, como puede ser el hecho de que los vampiros sean criaturas absolutamente monstruosas sin pizca alguna de humanidad o personalidad, gobernados por una reina, como si de vulgares hormigas se tratase... con la excepción de "Sombrero Negro", un "vampiro humano", como se describe a sí mismo, y que en la historia supone un hito sin precedentes. También el hecho de que los sacerdotes, que antaño lucharon contra los vampiros, estén socialmente marginados (en mi opinión, en un intento de paralelismo con los veteranos de Vietnam, que regresaron a casa siendo los perdedores de una guerra absurda, y a los que se les colgó una etiqueta que los diferenciaba claramente), resulta cuanto menos curiosa, si bien es cierto que el detalle de una sociedad gobernada con mano de hierro por la Iglesia nos hace recordar tiempos pasados, en los que a pesar de existir gobernantes laicos, no eran más que marionetas en manos de determinados religiosos que acumulaban más y más poder en nombre de Dios.

Pasemos a Paul Bettany. Excelente intérprete donde los haya, hasta hace relativamente poco tiempo, había destacado como uno de los llamados actores de carácter, obsequiándonos con sus medidas interpretaciones en dramas como "Una mente maravillosa" o "La Reina Victoria", no obstante lo cual, recientemente y a raíz del estreno de "Legión", en la que encarnaba a un Arcángel Miguel armado  hasta los dientes, confesó que aquellos eran los papeles que le ofrecían, pero que lo que a él realmente le interesaba y le gustaba hacer como intérprete era cine de acción. Pues bien, parece que ha conseguido su propósito, a pesar de que más de uno se rasgue las vestiduras ante tal cambio de trayectoria.

En fin, "El sicario de Dios" es entretenimiento puro y duro, de ese que se ve, se disfruta y se olvida. Ahora bien, insisto: tengan la mente abierta, por favor, porque si no lo que no pretende ser un film de humor se convertirá en tal, como le pasaba al chico que mencionaba al principio.

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