domingo, 22 de mayo de 2011

3D: ¿el futuro de cine o una simple moda?



Antes de comenzar esta nueva reseña, déjenme aclarar algo: el que esto suscribe NUNCA ha visto una película en 3D. Lo digo más que nada por si hay quien piense que, dado tal hecho, no soy quien para opinar sobre el tema, pues lo haría sin conocimiento de causa. Si efectivamente, queridos y fieles lectores, hay quien piensa de esa forma, es muy libre de hacerlo, y como tal será respetado. No obstante, a esa persona sí le pediría que siguiese leyendo, aunque sólo fuese por ver si está mínimamente de acuerdo con los argumentos que voy a pasar a explicar acerca de mi visión sobre el tema que nos ocupa.

Después de haber visto la última película del, en ocasiones, genial James Cameron, la taquillera "Avatar", y preguntado por mi opinión al respecto de la misma, respondí diciendo que era rotundamente aburrida y con una historia de lo más manida, repitiendo situaciones que hemos visto una y mil veces (vale, vale, lo reconozco, mi opinión sobre el film, si bien queriendo decir lo mismo, fue algo más expresiva y, quizá, malsonante, pero no era plan de reproducirla aquí tal cual...); ante esto, hubo una voz que me replicó "Eso es que no la viste en 3D". Bien, aquí quería llegar yo: ¿acaso lo que hace buena a una película de estas características es el 3D? De ser así, me darían la razón, y la película es rematadamente mala.

Hay quien sostiene que el 3D es una nueva técnica cinematográfica, igual que lo son los efectos especiales o la banda sonora, que hace que los espectadores se metan más en el film, por así decirlo, y lo disfruten desde un punto de vista mucho más cercano y personal, como si vivieran ellos mismos las circunstancias acaecidas a los personajes protagonistas. De esta forma, el 3D constituiría por méritos propios el futuro del cine, pues se convertiría en algo fundamental para determinado tipo de cintas, algo cotidiano y tan indispensable como lo es la banda sonora hoy en día. Ojo, esto es lo que piensa un determinado sector, que abogaría por la primera premisa de la disyuntiva planteada en el título de este post, pero de ninguna forma expresa la opinión de un servidor.

Desde pequeño, he disfrutado del cine con la historia que se me estaba contando, con las interpretaciones de sus actores y actrices protagonistas, con su banda sonora, incluso con sus efectos especiales (de los cuales siempre he dicho que lo más alto a lo que pueden aspirar es... a pasar completamente desapercibidos, sin que nos demos cuenta de que lo que estamos viendo no es real; en ese punto, habrán llegado a la perfección). Todos y cada uno de esos factores, en función de su calidad, han sido siempre los que me han atrapado, haciéndome disfrutar de la película, introduciéndome, en sentido figurado, en ella. Porque para mí el cine es eso, algo que te atrapa por sus propios méritos, que te hace olvidarte del resto del mundo durante lo que dure la cinta en cuestión. Así pues, el 3D no es más que un artificio completamente falso, que sí, vale, nos mete literalmente en la película, pero que de ninguna manera forma parte de ella (la prueba es que, en la mayor parte de los casos, el 3D es algo añadido a posteriori); pero de lo que sí forma parte, se ve, es del precio de la entrada, encareciéndolo notablemente (y miren que ya de por sí el cine es caro...). Para lo más despistados, este invento del 3D es algo que ya se intentó implantar allá por la década de los 80, o principios de los 90, incluso, pero que fracasó estrepitosamente, convirtiéndose en algo efímero (para aquellos más escépticos: busquen información de la segunda secuela de "Tiburón", titulada, a la sazón, "Tiburón 3D", por poner un ejemplo). Y en este punto es donde enlazo con la segunda premisa de las dos planteadas en el título del post: el 3D no es más que una moda, más duradera que en los años 80 y 90, eso sí, pero una moda a fin de cuentas, que antes o después será olvidada, y el cine volverá a ser lo que siempre fue, fiel al espíritu de sus creadores, los hermanos Lumière (aunque actualizado y evolucionado, por supuesto).

Ya para terminar, en los últimos tiempos, cierto es, parece que todo estreno que se precie tiene que tener su versión en 3D (aunque en la mayor parte de los casos, ello sólo sirva para tirarnos objetos a la cara, o cosas peores, seguro, en algunas ocasiones), y si no es así, es como que el film no tiene categoría... Pues bien, el maestro Christopher Nolan, a la hora de enfocar el rodaje de "The Dark Knight Rises", la tercera entrega de su genial visión de Batman, les dijo a los productores de la Warner que se olvidaran del maldito 3D, y se quedó tan fresco. Este tío cada día me gusta más, y todo realizador de prestigio debería hacer lo mismo, pues lo único que hacen vendiéndose a semejante artificio es desprestigiarse como artesanos cinematográficos. Bravo por él. 

2 comentarios:

  1. Yo SÍ vi "Avatar" en 3D y te aseguro que es igual de aburrida y manida ("Bailando con Lobos en la Luna de No-Es-Júpiter-Pero-Se-Parece-Un-Huevo"). Bien por el Sr. Nolan!!!!

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  2. Maldito 3D... Si se preocuparan de cosas importantes, como de escribir buenas historias con las que atraparnos sin necesidad de tonterías...

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