viernes, 8 de abril de 2011

Sucker Punch



De “Sucker Punch”, la nueva película del genial Zack Znyder, lo que más he oído son estas dos palabras: “paja mental”. Y es que lo que todo el mundo dice es que se trata de un proyecto de lo más personal, la primera vez que el firmante de “300” se responsabiliza de la historia que pone en pantalla, habiendo rodado una cinta única y exclusivamente pensando en sí mismo, por así decirlo, tratando de reflejar sus preferencias, gustos, inquietudes, miedos… en fin, toda una serie de factores que le inquietan o fascinan. Como todo proyecto personal, “Sucker Punch” supone un riesgo  muy grande (si no me creen, pregúntenle a Darren Aronofsky o a David Lynch), pues porque lo que a uno le gusta no necesariamente es lo que le gusta al público, que es quien, al fin y al cabo, dictamina el éxito o el fracaso de un film, decidiendo gastar su dinero acudiendo al cine o empleándolo en el bingo de la esquina.
           
Ante todo,  “Sucker Punch” es una cinta para ver con la mente abierta, muy abierta, pues lo que nos muestra en pantalla no es algo apto para todo el mundo, ya no por desagradable, ni muchísimo menos, sino porque lo que nos cuenta, y sobre todo la forma en que nos lo cuenta, no es una de esas historias al uso que se pueden resumir en una línea y que esconden una trama y unos personajes escasamente desarrollados. ¿Y qué es lo que nos cuenta? La verdad, es sumamente difícil explicarlo aquí de una forma somera, pues si digo que se trata de los intentos de cinco chicas por escapar del hospital psiquiátrico en el que se hallan recluidas, me quedaría ya no corto, sino cortísimo, pues eso es el 10% de la cinta, como mucho.
          
El mayor logro de “Sucker Punch” hace referencia a su aspecto visual, pues se trata de un film que nos impacta con sus imágenes, con sus escenas de acción, con la forma de contarnos la historia de sus cinco protagonistas… En resumen, visualmente su factura es impecable, con unos efectos portentosos y espectaculares. Pero… ¿es ello suficiente para que nos hallemos ante una obra maestra? Me temo que no, pues eso está muy bien, pero siempre que vaya acompañado de una buena historia. ¡Ojo!, no me malinterpreten: no estoy diciendo que su argumento sea malo, sino que, como apuntaba, es notablemente complejo, de ahí que en determinados momentos uno se pregunte qué demonios es lo que está sucediendo en la pantalla, a pesar de que lo que estemos viendo nos fascine. Y aquí es donde Znyder falla, pues nos relata y nos muestra algo que en su cabeza probablemente tenga muy claro, pero que para nosotros, que vemos el film sin ningún tipo de idea preconcebida, la cosa no es tan fácil, de ahí que haya momentos en que no sepamos dónde nos encontramos.
            
Resumiendo, “Sucker Punch” supone una suerte de experimento cinematográfico en el que la historia está muy presente, pero en gran medida se halla oculta por el aspecto visual, sin duda alguna lo más impresionante.

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