miércoles, 30 de marzo de 2011

En tiempo de brujas


            
El rasgo más salientable que ha venido revistiendo la carrera del antaño gran actor Nicolas Cage  en el plazo de los últimos tiempos es que parece que no sabe decir que no… ¿Tendrá algo que ver el hecho de que, si es verdad lo que se cuenta, está prácticamente en bancarrota? Francamente, no lo sé, pero lo cierto es que, actualmente, el ganador del Oscar por “Leaving Las Vegas” es una constante en la cartelera (aún no ha desaparecido de ésta una de las películas por él protagonizadas y ya nos están anunciando la siguiente; como ocurre ahora, que ya se está exhibiendo el tráiler  de su nuevo trabajo, “Furia ciega”). Pregunta: ¿es Cage un buen actor? Respuesta: SÍ (así de rotundo y en mayúsculas). Ahora bien, ¿lo demuestra a menudo? Me temo que no, pues su talento interpretativo se ha ido diluyendo poco a poco desde 1996, año en el que dio el salto al cine de acción con la entretenida pero ya demasiado vista “La Roca”. Y es que desde entonces ha prestado sus rasgos a todo tipo de proyectos, algunos memorables, otros olvidables… y otros para pegarse un tiro. ¿Dónde encaja el film que nos ocupa, “En tiempo de brujas”? A ello vamos.
            
Al hilo del estreno de “En tiempo de brujas”, en una conocida publicación se decía que su director, Dominic Sena (con quien Cage se reencuentra tras haber rodado juntos “60 segundos”, que tan buenos resultados les dio a ambos), da primacía a la acción sobre el aspecto fantástico del relato. Yo discrepo, pues considero que la película va evolucionando, de forma que en su inicio nos encontramos con una cinta de acción y aventura con ciertos tintes fantásticos, para, a medida que va discurriendo su metraje, convertirse en una cinta de corte fantástico, hasta llegar a su último acto, en que lo fantástico campa a sus anchas por la pantalla.


El argumento es muy simple: dos cruzados renegados han de llevar a una joven acusada de brujería hasta un monasterio perdido en medio de ningún sitio para que sea condenada y quemada en la hoguera… perdón, para que tenga un juicio justo y objetivo de aquellos que dispensaba la Santa Inquisición. Todo lo que sucede por el medio es lo que hace que el film evolucione de la acción al fantástico.


En lo tocante al reparto, el ya mencionado Nicolas Cage nos ofrece una interpretación de lo más rutinaria, casi sosa, muy lejos de esas actuaciones brillantes con las que nos obsequia muy de vez en cuando (cada vez menos, cierto es), si bien tampoco llega a ser lo peor de su carrera (como es el caso de la horrenda “Next” o la simpática pero rematadamente mala “Ghost Rider”). Claro que al lado de Cage tenemos a ese monstruo (como actor, no sean mal pensados…) llamado Ron Perlman, que con su sola presencia inunda la pantalla (el porqué de que haga “cosas” como “En el nombre del rey” o “Crónicas mutantes” es algo que se me escapa…).


Para entendernos, aquellos deseosos de pasar un rato entretenido con un film de espada y brujería, quedarán satisfechos. Aquellos que busquen algo más trascendente, que lo busquen en otro sitio, por favor.


Ah, al hilo de lo que comentaba, la clasificaremos como "olvidable", aunque divertida y muy entretenida.

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