lunes, 31 de octubre de 2011

No habrá paz para los malvados



Lo confieso: no soy fan, ni por asomo (más bien al contrario...), de José Coronado. Bueno, al menos, no lo era. Y es que el film que nos ocupa, "No habrá paz para los malvados" supone, para quien esto suscribe, un punto y aparte en la carrera del actor madrileño, quien desempeña un papel soberbio, cargado de matices, en la que, sin ningún atisbo de duda y con diferencia, es su mejor interpretación. Es más, vista la cinta, no soy capaz de imaginarme a ningún otro intérprete poniéndose en la piel de Santos Trinidad, ni siquiera pensando en los mejores, categoría que, todo sea dicho de paso, Coronado ha logrado alcanzar por méritos propios.

"No habrá paz para los malvados" da comienzo con el personaje de Coronado, borracho como una cuba,  asesinando de madrugada a 3 personas en un club de alterne y tratando de librarse de un cuarto personaje, que ha visto todo lo ocurrido y que consigue escapar. Así da comienzo una investigación particular por parte de Santos para dar con el esquivo testigo de los hechos, a la par de otra, ésta de carácter oficial, llevada a cabo por un policía judicial (Juanjo Artero) y una juez (Helena Miquel), que tiene como objetivo tratar de esclarecer qué fue lo que ocurrió aquella fatídica madrugada en el mencionado club de alterne. Lo más curioso de la trama es que se ve claramente que Santos es un investigador extraordinario, si bien deja de lado completamente su trabajo, y por tanto la investigación en la que, se supone, está trabajando, para centrarse en aquella otra que evitará que dé con sus huesos en la cárcel. Poco a poco, y a medida que se va desarrollando y complicando la trama, la investigación le llevará por unos derroteros desconocidos e impensables en un principio pero que enriquecen sustancialmente la historia, hasta llegar a un final excepcional.

Pasando ya a los responsables de la cinta, me gustaría destacar el papel doble, de guionista y realizador, de Enrique Urbizu, un artesano que, a pesar de no prodigarse demasiado en el mundo del cine, cada vez que lo hace da en el clavo, o se acerca mucho. Suya es también la excelente "La caja 507", en la cual, he de reconocerlo, Coronado desempeña también un papel notablemente interesante, aunque no a la altura del trabajo hecho en "No habrá paz para los malvados". Con respecto a Coronado, poco más puedo decir que no haya dicho ya al inicio de esta reseña: está soberbio, punto. Del resto del reparto, destacar también la labor del televisivo Juanjo Artero y de Helena Miquel, ambos de lo más correctos y solventes. Como curiosidad, no deja de llamarme la atención que el segundo lugar en los créditos lo ocupe Rodolfo Sancho, quien interpreta al compañero de Santos, pues su papel es poco más que anecdótico, ocupando Artero el tercer puesto y siendo su papel notablemente más sustancioso.

Vamos, que "No habrá paz para los malvados" es cine negro del bueno, de ese que sabemos hacer en España, pero que, lamentablemente, pocas veces demostramos. Claro que, cuando alguien como Urbizu se pone manos a la obra, ello es garantía de un buen resultado.

Para terminar un consejo: vean "No habrá paz para los malvados". No hay excusa para no hacerlo.

lunes, 17 de octubre de 2011

Intruders



No sé si habrán dado cuenta, pero da la impresión de que hay una serie de directores españoles que, en lugar de desarrollar sus carreras dentro del territorio patrio, están logrando establecerse, de una forma más o menos exitosa, más allá de nuestras fronteras. Estoy pensando en Jaume Collet-Serra, realizador de la recientemente exitosa "Sin identidad" (y por favor, que nadie mencione "La casa de cera", pues entiéndanlo: este hombre tenía que comer, y tal...) y de Juan Carlos Fresnadillo, quien firmó en España la sorprendente y ciertamente interesante "Intacto" para luego dar el salto y sentarse en la silla de director en "21 semanas después", secuela de la cinaa de Danny Boyle "21 días después", y el film que ahora nos ocupa, "Intruders", que, a 10 días de su estreno, se ha encaramado a lo más alto de la taquilla española.

"Intruders" nos cuenta dos historias paralelas, una ambientada en Londres y otra en Madrid, que confluyen al final del film y que tienen un nexo común: el "monstruo" Carahueca, que atemoriza a los niños protagonistas de sendos hilos argumentales. Surge así, o parece que ello puede llegar a suceder, un nuevo monstruo cinematográfico, si bien en este caso se trata de uno que no tiene un rostro tan identificable como Freddy Krueger o uno oculto por una máscara tan característica como Jason Voorhees... pues carece de rostro alguno. Pero vamos, si la cosa sigue funcionando como lo está haciendo, no me sorprendería que este fuese el punto de partida de una nueva franquicia, con lo que, inevitablemente, se perdería bastante por el camino...

En lo tocante al personal a cargo de la cinta, como mencionaba al inicio, tenemos a Fresnadillo tras las cámaras, un realizador de lo más solvente y que, poco a poco, se está labrando una sólida carrera, con productos más que destacables en su filmografía. Respecto al reparto, tenemos, por un lado, a Clive Owen, protagonista de la historia que está ambientada en Londres, y que encarna al padre de la niña acosada por Carahueca y que, como es habitual en él, desempeña su rol con notable eficiencia y solidez (¡qué gran Bond se ha perdido el mundo del cine!); y por otro lado, en la historia situada en España, contamos con la presencia de una Pilar López de Ayala correcta haciendo las veces de la madre de un niño también acosado por el mencionado monstruo, pero que en modo alguno llega a despegar del todo y convertirse en esa gran actriz que parecía que iba a ser cuando protagonizó "Juana la Loca".

En fin, "Intruders" se está convirtiendo, poco a poco, en uno de los éxitos de esta segunda mitad de año, y ya no digamos del mes, bastante soso en lo que a estrenos cinematográficos se refiere, al mismo tiempo que está consiguiendo demostrar a propios y extraños que el cine español tiene, o puede tener, una clara tendencia hacia la internacionalización, consiguiendo productos sumamente interesantes y, en muchos casos, considerablemente más originales (aunque sólo sea en el planteamiento, y no tanto en la historia, como es el caso de la película que nos ocupa).

jueves, 13 de octubre de 2011

Capitán Trueno y el Santo Grial



Por fin, después de años y años de continuos aplazamientos, reescrituras y demás, llega a la gran pantalla la adaptación al cine del mítico Capitán Trueno, personaje protagonista del cómic del mismo nombre creado por Víctor Mora y Ambrós hace ya un puñado de años. Y lo hace en una producción notablemente imperfecta, con sus cosas buenas y sus cosas malas, pero que no por ello deja de rebosar un encanto especial por todos sus poros, pues nos encontramos ante uno de los tebeos más entrañables y archiconocidos de la banda diseñada made in Spain, con el que algunos nos criamos (a pesar de que, en el caso de un servidor, el personaje ya existía de antes).

"Capitán Trueno y el Santo Grial" no cuenta la historia del Capitán Trueno y sus inseparables compañeros Goliath y Crispín, los cuales en esta ocasión se ven enfrascados en una aventura que les llevará desde la llamada "Tierra Santa" de Las Cruzadas al Reino de Aragón, con una arriesgada misión: poner a salvo el mítico Santo Grial y evitar que caiga en manos malvadas. Por lo demás, aventura, acción, humor y algo de fantasía.

El proyecto de llevar al Capitán Trueno a la gran pantalla, como comentaba al inicio, empezó a germinar hace algunos años, si bien parecía tarea imposible que terminara de cuajar. Parecía que iba a acabar llegando a hacerse realidad cuando estuvo en manos del realizador Juanma Bajo Ulloa, pero las habituales desavenencias creativas (que cada uno entienda lo que mejor crea conveniente...) con los productores hicieron que la cosa quedara nuevamente en dique seco. Entonces apareció en escena el guionista y productor Pau Vergara, el cual ya nunca se separó del personaje y luchó a capa y espada para lograr que Trueno tuviera por fin un film que llevase su nombre. Aún así, el rodaje no fue inmediato, con un interminable baile de gente, hasta que por fin el viento empezó a soplar a su favor y la película empezó a concretarse, si bien con el detalle, completamente irrelevante, visto el resultado final, de que la actriz que inicialmente iba a interpretar a la princesa vikinga Sigrid, Elsa Pataky, abandonó el proyecto en favor de "Fast & Furious 5", en un intento de labrarse una carrera en Hollywood, siendo sustituída por la ucraniana Natasha Yarovenko.

Como bien decía al principio, la cinta es entretenida y, sobre todo, entrañable, al menos para todos aquellos que de pequeños disfrutamos con las aventuras del trío protagonista, lo cual hace que inevitablemente se nos escape una sonrisa al ver a nuestros adorados personajes en carne y hueso, viviendo todos y cada uno de los tópicos del cómic (como puede ser el voraz apetito de Goliath y las situaciones en que ello le mete no sólo a él, sino también a su inseparable Crispín). Ahora bien, el film adolece de un más que salientable defecto: su reparto. Y es que todos y cada uno de los actores que en él intervienen son rematadamente malos, probablemente con la única excepción del siempre correcto, pero nunca espectacular, Roberto Álvarez (en un papel secundario); y claro, si tenemos en cuenta que los peores de todos son el protagonista de la función (un Sergio Peris Mencheta que, por más que se esfuerce, nunca será buen actor) y su archienemigo (Gary Piquer, simplemente terrible), pues mal vamos...

Pues lo dicho: ¿se consideran amantes del cómic en que se basa la película, pues se criaron leyéndolo? En tal caso, lo mejor que pueden hacer es rascarse el bolsillo y pagar el precio de la entrada de cine, relajarse, tener la mente abierta y disfrutar del espectáculo. En otro caso, no garantizo nada...

miércoles, 12 de octubre de 2011

Los tres mosqueteros



Bueno, aquí tenemos la nueva apuesta del director/guionista Paul W.S. Anderson, responsable de, entre otras, Mortal Kombat, la saga Resident Evil o Death Race, quien en esta ocasión trata de sorprendernos con una nueva versión de uno de los clásicos por excelencia del gran Alejandro Dumas, y quizá el más famoso y admirado, "Los tres mosqueteros". Y digo trata de sorprendernos porque esta debe ser por lo menos la vígésima adaptación, ya sea a la gran o pequeña pantallas, y el simple hecho de aportar al conjunto unos rasgos aunque sea mínimamente innovadores se convierte en una tarea de notable dificultad. No obstante, él ha arremetido, ni corto ni perezoso, su personal visión de la historia y ha salido, si bien no tan triunfante como para que lo saquen a hombros de la plaza, sí notablemente airoso.

Este nuevo "Los tres mosqueteros" nos relata la archiconocida historia de D'Artagnan, un joven gascón que se dirige a París para convertirse en uno de los mosqueteros al servicio del rey, todo para darse de bruces con la cruda realidad: los mosqueteros ya no son el glorioso cuerpo que eran antaño, si bien ello no es óbice para que, tras conocer a los míticos Athos, Porthos y Aramis, se embarque en una aventura de tintes épicos. Del resto, Anderson construye una historia nueva, o trata de hacerlo, por lo menos, servida con una excelente ambientación y una puesta en escena ciertamente admirable y visualmente impactante.

Hay quien sostiene que Paul W.S. Anderson es un inútil redomado, que, cinematográficamente hablando, no sabe hacer la O con un canuto y que cada vez que se embarca en un proyecto, nada bueno puede salir de ahí... Pues bien, a pesar de que no dejo de reconocer que cada uno es muy libre de opinar lo que estime conveniente u oportuno, un servidor no puede estar más en desacuerdo, pues para mí Anderson es una persona con una visión más que interesante sobre el mundo del cine, concibiéndolo como puro entretenimiento, buscando siempre divertir y, en cierto modo, sorprender al público, que es algo que nunca, bajo ningún concepto, debería perderse de vista. Y como tal, hace bien su trabajo, le pese a quien le pese. Pero bueno, no todo el monte es orégano, pues lo que no soporto, pues soy un firme detractor de ello, como ya he sostenido anteriormente, es esa tendencia que tiene últimamente de rodar sus films para ser exhibidos en formato 3D (lo que ralentiza notablemente las escenas de acción, haciéndolas, si cabe, un poco más aburridas). En lo tocante al reparto, hagamos una pequeña reflexión: tenemos a Milla Jovovich, a la sazón la esposa de Anderson, haciendo de Milla Jovovich, con lo cual, no nos llevemos a engaño, le va bien, así que ¿para qué cambiar de modus operandi? Los tres mosqueteros del título, Matthew Macfadyen, Ray Stevenson y Luke Evans, están simplemente correctos y cumplen con su cometido a la perfección. Logan Lerman (D'Artagnan) apunta maneras y, creo, dará más que hablar en el futuro. Respecto al actor que encarna al Cardenal Richelieu, Christoph Waltz, pues bueno, a pesar de ser un auténtico monstruo de la interpretación (gracias, Tarantino), hay que decir que no se ve que se tome su papel muy en serio... Y ya para terminar, contamos con la presencia de un Orlando Bloom pasadísimo de rosca interpretando al Duque de Buckingham, aunque claro, tampoco se le pueden pedir peras al olmo.

En resumen, "Los tres mosqueteros", versión Anderson, es entretenida, visualmente impecable, divertida y trata de ser innovadora, lo cual consigue en su puesta en escena, pero no tanto en la historia narrada. Por supuesto, no la comparen con anteriores versiones, antiguas o nuevas, pues ya se sabe que las comparaciones son odiosas. Eso sí, tengan la mente abierta, pues verán barcos volando...

lunes, 3 de octubre de 2011

Noche de miedo



Antes de nada, quisiera dejar claro, para que conste, que un servidor no ha visto el film original estrenado en 1985 del que ahora nos llega el remake. Y lo comento porque no es mi intención aquí, por motivos obvios, hacer una comparación entre ambas cintas. Ya se sabe: las comparaciones son odiosas, y al no haber visto la versión original, no es plan...

"Noche de miedo", como mencionaba, es una nueva versión o remake de, también, "Noche de miedo", film que combinaba terror con algo de comedia y que, le pese a quien le pese, marcó época (modestamente hablando, es cierto). Nuavemente, he aquí un ejemplo de la falta de coraje y las más mínimas ganas de arriesgar de los productores de Hollywood, que no hacen más que bombardearnos, con perdón de la expresión, con adaptaciones de libros, cómics (¡y hasta artículos de periódico!), secuelas, precuelas, remakes... En fin, ¡qué les voy a contar que no les haya relatado ya una y mil veces!

El "nuevo" film nos cuenta lo mismo que su predecesor, a la sazón la historia de un chaval (Anton Yelchin) que vive en la típica urbanización estadounidense que estamos tan acostumbrados (¿o más bien cansados?) de ver en cantidad de producciones venidas de allende el Atlántico, cuya vida da un giro radical cuando hace acto de presencia un nuevo vecino (Colin Farrell), que resulta ser, nada más y nada menos, un vampiro. Lo curioso es que, no obstante el hecho de que estamos más que saturados de ver una y otra vez películas con o de vampiros, "Noche de miedo" resulta ciertamente simpática, a la par que entretenida, todo ello siempre y cuando no acudamos al cine esperando encontrarnos la producción cinematográfica del año, pues se trata de verla y, simplemente, disfrutar.

Habitualmente, en mis reseñas realizo una pequeña reflexión acerca de quiénes se hallan detrás y delante de las cámaras de cada film que comento, haciendo una valoración de sus trabajos. Pues bien, en el caso que nos ocupa poco o nada hay que decir, pues en las tareas de realizador tenemos a un desconocido Craig Gillespie, quien desempeña su labor de forma simplemente correcta, mientras que en lo tocante a su reparto, bien nos lo podrían cambiar entero y no nos daríamos cuenta. Me gustaría destacar solamente la labor de Colin Farrell (no precisamente en el buen sentido), quien en el plazo de los últimos tiempos parece andar un poco perdido (a ver si con el remake de "Desafío total" logra encontrarse... ¿Otro remake? ¡Quién lo habría dicho!), pero es que en esta anda muy, pero que muy despistado...

En resumen, "Noche de miedo" es entretenida, de estas cintas para pasar el rato (a quien le guste, con un barreño de palomitas de estos que venden a la entrada del cine, lo cual, todo sea dicho de paso, constituye el negocio más rentable hoy en día para los dueños de los cines...). Ahora bien, no se esperen grandes interpretaciones, ni una gran labor de realización... En fin, que vayan sin expectativas, pues es más que probable que así disfruten de la película.

domingo, 2 de octubre de 2011

Cowboys & Aliens



Seamos sinceros y no nos engañemos, por más que nos pese: el western, como género cinematográfico, está muerto y enterrado. Es una realidad indiscutible. ¿La prueba? Que todas y cada una de las producciones que se estrenan en la gran pantalla, con contadas excepciones (me viene a la mente la reciente "Valor de ley", de los hermanos Coen), se convierten en un sonoro y estrepitoso fracaso, recaudando, en la mayor parte de los casos, una cantidad notablemente inferior a la mitad de su presupuesto. Y el caso de la cinta que nos ocupa, "Cowboys & Aliens", no es distinto, pues a pesar de ese "Aliens" del título, no debemos perder de vista que "Cowboys" aparece en primer lugar; y es que el film es un western 100%, si bien con una serie de, digamos, peculiaridades...

La película protagonizada por el sobrevalorado Daniel Craig y el incombustible Harrison Ford nos cuenta, a grandes rasgos, la historia de Jack Lonergan (Craig), un vaquero que no recuerda nada de su pasado inmediato, siendo la única conexión con éste un extraño brazalete anclado de forma inseparable a su muñeca. Tal artefacto resultará ser de origen extraterrestre, como tristemente se darán cuenta tanto Lonergan como los desdichados habitantes de Absolución, "gobernados" con mano de hierro por el Coronel Francis Dolarhyde (Ford). No obstante, y como bien relataba al inicio de esta reseña, "Cowboys & Aliens" es puro "cine de vaqueros", si bien en lugar de los habituales indios como los malos de la función, tenemos... eso, aliens.

Detrás de las cámaras, tenemos al ascendente Jon Fabreau, que se dio a conocer al gran público y empezó a labrarse una carrera como realizador con "Iron Man", siendo el principal responsable de que el film, a pesar de haber sido un fracaso, sea un western de notable calidad, entretenido, medido en un principio y más desmadrado, permítanme la expresión, a medida que va avanzando su metraje y la ciencia-ficción, inevitable al tener a seres extraterrestres de por medio, va cobrando protagonismo. En lo tocante a su reparto, éste viene encabezado por Daniel Craig, un actor que, sinceramente, no acabo de saber a ciencia cierta por qué goza del status que tiene, pues los únicos éxitos de taquilla que ha cosechado a lo largo de su carrera desempeñando roles protagonistas han sido las dos películas de la saga Bond en las que ha participado; igual tiene que ver con el hecho de que sus dotes interpretativas son más bien limitadas... no digo más. En cambio, como contrapartida tenemos a Harrison Ford, quien actualmente está considerado, como se suele decir, "veneno para la taquilla", ya que sus incursiones en el cine, remontándonos 10 años atrás, han sido todas un auténtico fracaso (con la excepción de "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal", que para eso funcionó porque se trataba de Indiana Jones, ni más ni menos, porque la película... en fin, sin comentarios), claro que de ignorantes está el mundo lleno, y hay muchos estrechos de miras que no son capaces de ver más allá de sus narices y darse cuenta de que Ford es, y siempre será, un actor magnífico y probablemente el más carismático de su generación.

Resumiendo, "Cowboys & Aliens" es una notable muestra de los que un buen western debería ser, al que se ha añadido un toque hasta ahora inédito en este tipo de cine: extraterrestres, consiguiendo una combinación con la ciencia-ficción perfecta y dando como resultado una cinta de lo más entretenida y recomendable. Lástima que tal experimento no haya sido respaldado por el gran público en la taquilla, pues ello, es más que probable, lo que hará será que los productores hollywoodienses hagan todavía más lo que hace tiempo que vienen haciendo con asiduidad: apostar una y otra vez por lo mismo de siempre, sin arriesgar ni un ápice (no me cansaré de repetirlo).

Y no quisiera terminar sin antes hacer una pequeña reflexión acerca de lo que este producto podía haber sido de haber tenido como protagonista a quien inicialmente estaba ligado al proyecto: el inconmensurable Robert Downey, Jr... ¿qué opinan ustedes?