sábado, 11 de febrero de 2012

El invitado



Parece ser que cuando Daniel Espinosa, realizador sueco de ascendencia chilena, les planteó lo que quería hacer con el guión de David Guggenheim a los productores de la cinta que ahora llega hasta nosotros bajo el título de "El invitado", los puso a prueba, proponiéndoles toda una serie de locuras para tantearlos y ver cómo respiraban acerca del tema, pues la idea que él tenía en mente era la de hacer un film de acción como ya pocos se hacen, a la antigua usanza, con unas escenas muy físicas, sin efectos digitales de ningún tipo, con un punto de crudeza que no estamos acostumbrados a ver (al menos, de un tiempo a esta parte). Claro que en el momento en que se dio cuenta de que los que iban a poner el dinero tenían la misma visión del guión que él, pensó que era buen momento para poner fin a los desvaríos que se le iban ocurriendo, no fueran a pensar que le faltaba un tornillo... El resultado de semejante "intercambio de opiniones" es "El invitado", excelente thriller de acción que nos hace añorar viejos tiempos.

"El invitado" nos cuenta la historia de Matt Weston (Ryan Reynolds), un novato agente de la CIA cuyos días transcurren con más pena que gloria en su labor de custodiar uno de los pisos francos que la agencia tiene en Ciudad del Cabo. Es entonces cuando, sin comerlo ni beberlo, se ve obligado a enfrentarse a la difícil tarea de tener que hacerse cargo de un "invitado" inesperado: Tobin Frost (Denzel Washington), un ex-agente que se dedica a traficar con información confidencial, como consecuencia de lo cual un buen puñado de gente anda tras él con no muy buenas intenciones. Como es de esperar, la cosa sale mal y Weston se ve obligado a huir llevándose a Frost y teniendo que protegerlo de aquellos que quieren acabar con su vida.

Con semejante argumento, no necesariamente innovador u original, Espinosa logra construir una cinta de lo más interesante, y ello precisamente por lo que contaba en la introducción de esta reseña: su idea del film fue siempre la de una película de acción física, realista, sin adornos de ningún tipo (y mucho menos digitales), en la que los propios actores protagonistas realizan el 90 % de las escenas de riesgo, lo que le da, si cabe, mucha más verosimilitud a lo plasmado en la pantalla. El guión es el que es, los diálogos son notablemente escasos, hasta el punto en que hay momentos en que nadie dice nada durante un buen puñado de minutos, pero ni falta que hace, pues las imágenes hablan por sí solas.

En lo tocante al reparto, no podía ser mejor, integrado por unos excelentes Washington y Reynolds como protagonistas absolutos, magníficamente secundados por Vera Farmiga, Sam Shepard y Brendan Gleeson y con las participaciones cuasi fugaces de Robert Patrick y Liam Cunningham. Pero sin duda alguna, el mayor descubrimiento del film, al menos para un servidor, es el realizador Daniel Espinosa, que con "El invitado" demuestra a propios y extraños que tiene mucho que decir en el mundo del cine y que su visión es la de alguien con los pies en la tierra, que no sueña en 3D ni chorradas parecidas, sino que apuesta por una forma de hacer cine con tintes clásicos, como ya se echaba de menos en las carteleras de los últimos tiempos.

En resumen: "El invitado" es una cinta de lo más recomendable para todas aquellas personas amantes de aquel cine de acción que se hacía en los años 80 y 90 y que últimamente se prodiga de una forma más bien escasa. ¿Que su guión es escueto y poco original? Cierto en ambos casos, pero ello no es óbice para construir una magnífica película que resuelve la situación planteada con una maestría envidiable. Y es que, muy probablemente, lo que hace que "El invitado" sea tan buena es la simplicidad de su argumento, puesto en imágenes de una forma eficaz y contundente.

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