miércoles, 28 de diciembre de 2011

Immortals



Nueva muestra de cine épico, de acción y aventuras venida desde Hollywood, esta vez de la mano del realizador hindú Tarsem Singh (aka Tarsem aka Tarsem Singh Dhandwar), la mente pensante detrás de la psicodélica, tremendamente aburrida y absurda "La Celda". Se trata de "Immortals", cuya evaluación podía ser la que sigue: historia, cero patatero; diálogos, estúpidos; efectos especiales, del montón; acción, escasa (ni más ni menos que las escenas que pudimos ver en el tráiler). En resumen, decepcionante, muy decepcionante.

"Immortals" nos cuenta la historia de Teseo (Henry Cavill), un mortal que reniega de los dioses pero que, por circunstancias de la vida (entiéndase la cruel muerte de su madre a manos del malo malísimo de la película), se ve obligado a formar parte de una guerra entre el rey Hiperión (Mickey Rourke), que pretende liberar a los míticos Titanes, y los propios dioses. Y poco más, o más bien nada más, pues, como les decía al inicio, la cinta suspende estrepitosamente sobre todo en lo que a guión se refiere.

El film viene en gran parte "avalado" por el hecho de correr a cargo de los mismos productores que la extraordinaria "300", a la cual pretende emular... quedándose por el camino, claro. Al mismo tiempo, el director Tarsem parece que se inspiró en los cuadros de Caravaggio a la hora de darle a la película la supuesta estética tan característica que tiene (¿alguien me lo explica, por favor?). Pues bien, un servidor ha de admitir su completa ignorancia acerca de la obra del pintor italiano, al margen de no terminar de comprender la alusión a sus pinturas, por lo que no me voy a pronunciar al respecto; pero a lo que no puedo dejar de hacer alusión es al supuesto vínculo con "300", ante lo cual las cosas están más que claras: Tarsem no es Zack Snyder (¡más quisiera!) ni el guión de "Immortals" se basa en una obra fruto de la genialidad del gran Frank Miller, y si el film que nos ocupa fuera la décima parte de bueno que la cinta de Snyder, ya sería más o menos pasable (cosa que no es, claro).

Así pues, "Immortals" tiene un guión nefasto, es notablemente aburrida, y he aquí su mayor fallo, pues de un film de estas características lo mínimo que se le pide es que entretenga y divierta, está mal dirigida (algo que se le perdonaría a un novato, pero no a alguien que en teoría es un realizador de reconocido prestigio, aunque nadie sepa de dónde le viene...) y las interpretaciones de los actores son de lo más rutinarias (en el caso de Freida Pinto, prácticamente anecdótica, limitándose a ejercer de bonito adorno), con la excepción de las labores desempeñadas por el siempre genial John Hurt y el resurgido Mickey Rourke, las cuales, todo sea dicho de paso, "Immortals" no se merece.

En resumen, que la película engaña, y mucho. O más bien su trailer, que parece que nos va a ofrecer un producto divertido, entretenido, de esos que te hacen salir eufórico del cine, tanto que llegas a casa y revisionas todas las cintas del mismo género de tu videoteca, para, a la hora de la verdad, ofrecernos un aburrimiento de los gordos. Vamos, que ver "Immortals" no es más que una pérdida de tiempo...

Seamos claros: la nueva versión de "Furia de Titanes", dentro de lo mala que es, y el chasco que supuso, es mucho más entretenida que la que nos ocupa.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Misión: Imposible. Protocolo fantasma



Tom Cruise anda necesitado de un éxito de taquilla de una forma notablemente urgente. Y se nota. De ahí que haya decidido embarcarse, como productor y protagonista, en otra aventura del agente Ethan Hunt en esta nueva entrega de la saga "Misión: Imposible", iniciada, con la inestimable ayuda del gran Brian DePalma, en el ya lejano 1996. Y para ello se ha rodeado de un equipo técnico de lo más interesante: J.J. Abrams, realizador de la tercera entrega, todo sea dicho de paso, en tareas de producción (a través de su compañía Bad Robot), y Brad Bird, director hasta ahora únicamente de cintas animadas (como la excelente "Los Increíbles"), y para el cual el film que nos ocupa supone su prueba de fuego, pues decidirá, probablemente, si conseguirá dar el salto al cine en imagen real.

En "Misión: Imposible. Protocolo fantasma", el agente Hunt se ve inmerso en una nueva y complicada misión, si bien esta vez lo hace sin autorización de ningún tipo, pues tanto él como su equipo han sido culpados de la reciente destrucción del Kremlin, con la consiguiente desactivación de la FMI, el organismo gubernamental para el que trabajan, y cuyo nombre han de limpiar. El resto: grandes escenarios, persecuciones, escenas de acción vertiginosas... Vamos, toda una serie de ingredientes a los que ya estamos habituados en una producción de estas características, y más tratándose ya de la tercera secuela de la saga.

Seamos francos: la cinta que nos ocupa no nos depara ningún tipo de sorpresa, pues se limita a repetir esquemas, situaciones y, si nos apuramos un poco, casi hasta guión. Pero bueno, no debemos perder de vista que nos encontramos ante la cuarta entrega de una saga, con lo que la frescura y la tan escasa últimamente originalidad hace tiempo que se quedaron por el camino, sólo pudiendo esperar de una producción de estas características que resulte entretenida, que nos haga pasar el rato de una forma más o menos agradable. Ni más ni menos. Esperar algo distinto sería de ilusos...

"Misión: Imposible. Protocolo fantasma" supone un vehículo para lucimiento de su protagonista, Tom Cruise, quien, como mencionaba al principio, necesita un éxito de taquilla inmediatamente, pues en el plazo de los últimos años no ha acertado mucho en lo que a la taquilla se refiere, de ahí que haya decidido ir a lo seguro, por así decir, resucitando a un personaje que le ha dado grandes satisfacciones (y luego dicen que Stallone es tonto...). No obstante, no es un papel con el que el protagonista de "Top Gun" pueda lucirse interpretativamente (ni lo pretende, por otro lado). El resto del reparto, son meras comparsas (quizá con la excepción de Jeremy Renner, el nuevo actor de moda en Hollywood, como atestiguan sus participaciones en "Los Vengadores" y en "The Bourne Legacy", una especie de spin-off de la saga protagonizada por Matt Damon). Ya en lo referente a la parte que no se ve, aquella que se encuentra detrás de las cámaras, Brad Bird desempeña su tarea con eficacia, si bien no brilla en exceso, de ahí que quien esto suscribe no termine de ver del todo claro su futuro en el cine en imagen real (al menos, como autor de carácter y no como simple mandado que filma y se va...), mientras que el genial J.J. Abrams se limita a poner el dinero, como productor que es, y punto.

En fin, que la película es, ni más ni menos, lo que parece. No engaña, ni intenta hacerlo. Es consciente de sus defectos y virtudes, o más bien Cruise sabe qué puede hacer y lo que no, pues ya es perro viejo en la franquicia. Teniendo todo esto claro, no hay problema, y puede que consigan pasar un rato agradable y disfrutar de las nuevas aventuras de Hunt y su equipo.

No quisiera terminar sin hacer mención a algo: es notablemente fácil llevar a buen puerto misiones que a priori parecen imposibles cuando puedes contar con todo tipo de instrumentos y aparatos que a los guionistas les resulta muy fácil "inventar", sin siquiera estrujarse un poco los sesos para tratar de hacerlo mínimamente real, como pueden ser guantes que se pegan a las paredes o extraños aparatos que, misteriosamente, encajan a la perfección sobre los letreros indicadores de los números de habitación de un hotel y los cambian sin dejar ningún tipo de rastro de la modificación... ¿No creen?

viernes, 9 de diciembre de 2011

Acero puro



Bueno, una vez más, y eso que no suele acercarse demasiado, al menos en los últimos años, al mundo del cine, aquí tenemos un nuevo film basado, en este caso, en un relato corto del gran Richard Matheson, escritor también de la magistral novela de vampiros "Soy leyenda", adaptada al mundo del cine en varias ocasiones, con mayor o menor fortuna. Y quede claro ya desde el principio que este nuevo acercamiento a la obra de Matheson resulta bastante satisfactoria, aunque no perfecta. Me explico.


"Acero puro" se ambienta en el año 2020, en el que el boxeo con humanos ha sido prohibido, siendo sustituido por los combates del mismo deporte entre grandes robots manejados por personas, ya sea manualmente o por medio de órdenes orales. Es precisamente en este mundo donde se mueve Charlie Kenton (Hugh Jackman), un ex-boxeador que se quedó en el dique seco y que se ha visto obligado a reciclarse en "manager" de robots boxeadores, tarea en la cual, todo sea dicho de paso, es una auténtico desastre. Y por si ello fuera poco, se ve en la obligación de hacerse cargo de su hijo Max (Dakota Goyo), por el que nunca antes se había preocupado, tras la muerte de la madre de aquél; es con éste con el que emprende una nueva y exitosa carrera, al "enseñar" todos sus movimientos a un pequeño robot sparring, con el que comienza a ganar un combate tras otro, convirtiéndose en la sensación del momento en el ambiente pugilístico.

Como mencionaba al inicio, el film que nos ocupa es bastante notable, si bien se trata de una cinta para toda la familia, lo que en cierto modo supone una suerte de lastre que le impide desarrollar todo su potencial. Y como película familiar, por así llamarle, tiene detrás de las cámaras a Shawn Levy, realizador soso donde los haya, pero ya un auténtico especialista en sacar adelante proyectos de estas características (es más, de haber tenido el film un tono más adulto, Levy habría fracasado estrepitosamente en su labor...). Ante las cámaras, tenemos al siempre inconmensurable Hugh Jackman, excelente actor (algo innegable para quien esto suscribe), pero sobre todo un actor que disfruta con cada cosa que hace, y se nota, lo que lo hace más creíble aún en todos los papeles que interpreta (y ya no mencionemos cuando oficia ceremonias y se pone a cantar y bailar... en tales ocasiones, su cara es la imagen de la auténtica felicidad). Merece también ser destacada la labor de Dakota Goyo, parte fundamental de la cinta, y que, aunque no suele ser habitual en actores infantiles, no resulta repelente, lo cual, seamos sinceros, ya es todo un avance.

En resumen, "Acero puro" es entretenida y divertida, da lo que promete, no engaña. Y teniendo en cuenta esto, es el perfecto producto orientado a que los espectadores pasen un rato agradable. Eso sí, no le pidamos peras al olmo, pues lo que nos ofrece es... bueno, lo que quiera que sea que nos den los olmos.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Asesinos de élite



La carrera del "nuevo duro" del cine Jason Statham se ha desarrollado en dos frentes: uno, el abierto por las cintas de Guy Ritchie "Lock & Stock" y "Snatch", que combinan a la perfección crimen y comedia, y otro, el representado por films de acción, ya sea del estilo "Transporter", mucho más físico, o del marcado por títulos como "The Mechanic" o"Death Race". Y si lo sacamos de ese ámbito, la cosa falla, pues lo que los productores del cine deberían saber es que, si no eres Guy Ritchie, no puedes poner a Statham a hacer otra cosa que no sea repartir estopa, y ya mucho menos a hablar...

Es por lo anterior que la cinta que nos ocupa, "Asesinos de élite", que a priori parece uno de esos productos plagados de acción desenfrenada y tiros a diestro y siniestro, a la medida de su protagonista, deviene en un completo y absoluto aburrimiento, tanto que parece que no transcurre el tiempo mientras vemos a Danny (Statham), mercenario y asesino a sueldo retirado, volver a las armas para tratar de salvar la vida de su mentor Hunter (un despistadísimo Robert De Niro), todo  mientras es perseguido por Spike (Clive Owen, sin duda lo mejor de la película). Y es que, insisto, lo peor que puedes hacer es darle demasiado diálogo a Statham...

Sin embargo, no puedo sino dejar de reconocer, y en cierto modo admirar, la labor del desconocido Gary McKendry, a la sazón el realizador de la cinta, que tiene posibilidades de llegar a convertirse en un director de lo más solvente. Ya en lo tocante al reparto, Statham es... Statham, ni más ni menos, con todas sus virtudes, defectos y, sobre todo, limitaciones interpretativas. Owen es lo mejor del film, en su papel de malo, pero no "malo-malísimo", sino de "malo-que-cumple-órdenes-en-beneficio-de-su-país". Y luego tenemos a De Niro, excelente actor de carácter donde los haya (absurdo sería decir lo contrario, pues a sus espaldas tiene una larga carrera en la que ha desempeñado grandes papeles, y de forma magistral), pero que con el devenir de los años ha ido cayendo en una vorágine absurda que, muy a pesar de todos sus admiradores, entre los que me encuentro, ha dado al traste con su carrera (¿hay alguien que piense, como, un servidor, que tocó fondo al intervenir en "Machete"?).

En fin, resumiendo, "Asesinos de élite" engaña, y mucho, convirtiéndose en un producto de lo más aburrido, tanto que uno sale de la sala del cine con el regusto de haber perdido un par de horas de su tiempo, pues en modo alguno entretiene ni hace pasar un rato agradable.

Para terminar, un apunte: como ya más de algún crítico de cine acertadamente ha dicho en relación a Clive Owen: ¡qué gran Bond se ha perdido el mundo del cine! Y me río de Daniel Craig...

jueves, 1 de diciembre de 2011

Un método peligroso



Bueno, aquí tenemos la nueva propuesta cinematográfica del otrora controvertido realizador canadiense David Cronenberg, "Un  método peligroso", que, lejos de tratarse de un biopic, como en un principio podría parecer, no hace sino explorar, por un lado, la relación entre Sigmund Freud, encarnado por Viggo Mortensen, y quien pudo convertirse en el lógico sucesor de aquél, Carl Jung, con los rasgos del ascendente Michael Fassbender, y, por otro, la relación de este último con Sabina Spielrein, interpretada por Keira Knightley, su paciente (y algo más) en un principio y reputada psiquiatra más adelante.

Pues bien, esbozadas estas pocas líneas acerca del argumento del film que nos traemos entre manos, lamentablemente podemos afirmar que éstas constituyen todoa la trama argumental de la cinta, que no hace sino mostrarnos poco más que la amistad y admiración entre Freud y Jung, que degenerará en un abierto enfrentamiento, y la enfermiza relación de Jung con su paciente. Nada más. De hecho, me atrevería a afirmar, sin temor a ruborizarme, que "Un método peligroso" no trata prácticamente de nada, salvo lo expuesto, y para eso, "con pinzas"... De ahí que en esta ocasión Cronenberg nos torture con minutos y minutos en los que no sucede prácticamente nada, construyendo un producto de lo más aburrido y soporífero (tanto, que en la sala de cine donde este servidor la vio había una persona roncando... literalmente).

En lo tocante a sus responsables, me gustaría destacar que Cronenberg es un director justo merecedor de la fama que ostenta en determinados círculos, si bien en esta cinta no brilla como lo suele hacer, pareciendo más bien que se ha limitado a hacer un producto por encargo, como con desgana... Eso, o se le ha acabado la "chispa", por decirlo de alguna manera. Ya haciendo referencia a su reparto, lo primero que me viene a la mente es la casi anecdótica participación de Viggo Mortensen, quien, aún apareciendo en segundo lugar en el póster promocional, no es en modo alguno protagonista, siendo superado ampliamente, en lo que a minutos en pantalla se refiere, por Fassbender y Knightley. Y que conste que ninguno, siendo todos intérpretes de carácter y más que solventes, brilla demasiado, limitándose a desempeñar sus papeles de una forma bastante sosa (sobre todo Mortensen, poco creíble como el padre del psicoanálisis).

En resumen, "Un método peligroso" supone un film ciertamente poco recomendable si lo que se busca es pasar un buen rato. En cambio, si lo que buscan es, sin paños calientes, echarse una buena siesta, esta es, sin atisbo de duda, su película.