jueves, 23 de junio de 2011

Insidious



¿A estas alturas hay alguien que no haya oído hablar de "Saw" y sus múltiples secuelas? Estoy seguro de que no, al margen de que sea un género que se ame o que se odie o de que sean films que se hayan visto o no... Pues bien, los artífices originales de la saga fueron el director/guionista James Wan y el guionista/actor Leigh Wannell, los cuales vuelen a formar tándem (tras el nefasto paréntesis que supuso "Silencio desde el mal", un bochornoso espectáculo que ambos llevaron a cabo, pero que más les valdría haber dedicado su tiempo a actividades más lúdicas...) en "Insidious", la cinta que nos ocupa y, dejémoslo ya claro desde un principio, una de las mejores muestras de cine de terror auténtico de los últimos tiempos.

"Insidious" nos cuenta la historia de una pareja que vive con sus hijos en una casa en la que, parece ser, habita algún tipo de ente extraño, el cual hace caer a uno de los niños en un coma profundo, de ahí que decidan mudarse de casa, sólo para darse cuenta de que el mal que los acechaba no estaba ligado a la casa en la que vivían... Y no voy a desvelar más, pues la película que nos ocupa es uno de esos productos del que es mejor saber lo justo y necesario para así disfrutar de todos y cada uno de sus sustos, giros argumentales, sorpresas, etc.

Decía antes que nos encontramos ante uno de los mejores films de terror auténtico de los últimos tiempos. Es en este punto donde me gustaría resaltar lo de "auténtico", puesto que es un calificativo que no se le puede achacar a demasiado de lo que llega a las pantallas de los cines y a lo que se le cuelga el cartel de "cine de terror". Y es que, no nos confundamos, con que aparezca en la pantalla algún tipo de asesino de corte sobrenatural o un poco de sangre y vísceras... ¡película de terror el canto! Nada más lejos de la realidad, pues el auténtico cine de terror es aquel que nos cuenta una historia a través de una serie de imágenes, acompañadas, quizá, de unos notables pero sutiles efectos especiales, que nos inspira miedo, en mayor o menor medida, que hace crecer en nuestro interior una sensación de inseguridad, una especie de inquietud que la mayor parte de las veces se ve traducida en sustos que nos hacen saltar del asiento, o, incluso, nos lleva a ponernos en la piel del protagonista o protagonistas y participar de sus vicisitudes como si nos estuvieran ocurriendo a nosotros. Eso, le pese a quien le pese, es el auténtico cine de terror (y perdonen que repita tanto el adjetivo, pero es algo que quiero recalcar).

Así pues, y en base a todo lo expuesto, "Insidious", por méritos propios pasará a los anales de la Historia del cine como una película que se podrá colocar en el mismo estante que "Alien, el octavo pasajero" (más de puro y agónico terror que de ciencia ficción, al contrario que sus secuelas), la mayor parte de las englobadas en el concepto de "terror japonés" o "Rec" (y sobre esto último no admito discusiones...). Y los responsables de ello son los anteriormente mencionados James Wan y Leigh Wannell, quienes demuestran que, cuando se ponen en serio, pueden llegar a ser unos auténticos genios (quien no se lo crea, por favor, que visione el "Cómo se hizo Saw", y comprobarán lo que les digo, porque para hacer lo que hicieron con cuatro duros de presupuesto... tela).

En resumen, a todos los amantes del cine de terror de verdad, por favor, vayan al cine inmediatamente a ver "Insidious", si es que no la han visto ya, no se la pierdan bajo ningún concepto. Créanme que no les decepcionará, pese a que el ritmo decae bastante y la película se desinfla un poco en el momento en el que nos empiezan a explicar todo lo que ocurre y por qué pasan las cosas que pasan en la historia; pero bueno, ese es un pequeño defecto del que adolecen muchos de los films de este género, pero que en modo alguno invalida la cinta.

martes, 21 de junio de 2011

X-Men. Primera generación



A todas luces ha venido quedando patente la tremenda crisis de ideas que, lamentablemente desde hace ya unos cuantos años, atenaza al mundo del cine, y sobre todo al venido de Hollywood, de ahí que continuamente nos bombardeen con numerosos remakes y secuelas, como ya comentaba en un post anterior. Pues bien, "X-Men. Primera generación" no es sino un nuevo ejemplo, en este caso una precuela, puesto que nos cuenta hechos acaecidos años antes de la trilogía X-Men original. No obstante, ¿supone lo expuesto que nos hallemos ante un mal producto? Ni mucho menos...

"X-Men. Primera generación" nos cuenta los orígenes de lo que más tarde se conocerá como los X-Men (o Patrulla X), con el nacimiento de la amistad y posterior enfrentamiento entre Charles Xavier (futuro Profesor X) y Erik Lensherr (futuro Magneto), todo ello en plena Guerra Fría, y con la crisis de los misiles de Cuba por el medio. En ese aspecto, bueno, sabemos cómo acabará la cosa, en qué bando militará cada uno de sus protagonistas y en qué estado, pero eso, para bien o para mal, es el riesgo de las precuelas (¿o acaso no sabíamos que Annakin Skywalker acabaría convirtiéndose en Darth Vader o el destino que correría Sonja, la maltrecha hija de Viktor, en "Underworld. La rebelión de los licántropos?).

Pasemos ahora al personal encargado de llevar a buen puerto el film que nos ocupa, tanto delante como detrás de las cámaras. En lo tocante a su reparto, no cabe hacer grandes comentarios, más allá de que es bastante correcto, sin que nadie destaque demasiado por encima de los demás, con la salvedad, si cabe, de Michael Fassbender, quien, si bien ha venido labrándose una carrera en el mundo del cine desde hace unos años, quizá ahora consiga dar el gran salto. Más interesante es la gente que no vemos, por así decirlo: en primer lugar, tenemos a Matthew Vaughn, su director, a quien la Fox ya había tentado para dirigir la tercera entrega de la trilogía original (para acabar dejándola en manos del gañán Brett Ratner...) y que con sus anteriores trabajos, "Layer Cake" y, sobre todo, "Kick-Ass", ha venido demostrando que es un realizador con mucho que decir, cuya carrera está como quien dice empezando pero que no se quedará ahí y llegará lejos; y en segundo lugar, tenemos al bueno de Bryan Singer, autor de la historia y realizador de "X-Men" y "X-Men 2" (quien, presumiblemente, iba a encargarse también de la tercera, pero firmó para hacer "Superman Returns" con Warner, la Fox se cabreó, lo echó a la calle, adelantó el rodaje y contrató a... Brett Ratner), y que en el film que nos ocupa se ha encargado de la historia, así como de realizar labores de productor, lo que parece indicar que se ha reconciliado con los directivos de la Fox (ya verán, ya, como, antes o después, acaba dirigiendo otra cinta de X-Men o algún derivado, fíense de mí...).

Pues bien, "X-Men. Primera generación" es un film de lo más entrenido y excelentemente rodado, si bien, no nos engañemos, no es un dechado de originalidad ni la mejor de la saga, aunque sí la tercera mejor, para quien esto suscribe, por detrás de la magistral "X-Men 2" y de "X-Men" (les reto ahora a que decidan cuál es la peor de la saga en el tiempo que yo digo "Brett Ratner es un incompetente"...).

Ahora sólo nos queda esperar a que sigan rodando más y más películas ambientadas en el mundo mutante, porque, a fin de cuentas, material hay de sobra en los infinitos cómics basados en el original creado por Stan Lee y Jack Kirby hace ya unos cuantos añitos, y derivados de él. Lo próximo, supongo, será "The Wolverine", secuela de la irregular "X-Men. Orígenes: Lobezno", que, parece, se halla en dique seco tras la partida del que iba a ser su director, Darren Aronofsky; aunque, como la cosa siga así, porque no hay muchas trazas de que cambie a corto plazo, intuyo que antes llegará a la pantalla grande "X-Men. Segunda generación", o algo del estilo.

domingo, 12 de junio de 2011

Piratas del Caribe. En mareas misteriosas



Vamos a ver... ¿A día de hoy hay alguien, aunque sólo sea un habitante de la aldea más remota, que no conozca a Jack Sparrow... perdón... al Capitán Jack Sparrow? Estoy seguro de que alguien habrá, pero muy pocos, pues lo que Disney, Jerry Bruckheimer, Gore Verbinsky y Johnny Depp consiguieron en el año 2003 con "Piratas del Caribe. La maldición de la Perla Negra" fue no sólo crear un excelente film de acción y aventuras con una considerable ración de humor, sino, más importante aún, crear un personaje, el mencionado Sparrow, que se ha quedado grabado a fuego en nuestras retinas y que ya nunca nos abandonará, ansiando que nos obsequien una y otra vez con más y más de sus aventuras (¿o más bien deberíamos decir locuras?). Pues bien, en respuesta a ese ansia, aquí tenemos "Piratas del Caribe. En mareas misteriosas", ya la cuarta entrega de la saga.

Tras el basto proyecto que supuso rodar "Piratas del Caribe. El cofre del hombre muerto" y "Piratas del Caribe. En el fin del mundo", segunda y tercera entregas de la saga, pero en el fondo una película partida en dos, con un argumento ciertamente enrevesado y plagado de personajes, a la hora de afrontar el rodaje de la entrega que nos ocupa, la cuarta, los directivos de Disney y el todopoderoso Bruckheimer decidieron volver, en cierto modo, a los orígenes, tratando de conseguir un libreto mucho más sencillo y a la par mucho más barato de rodar. Tanteado Verbinsky para ocupar la silla del director, éste dijo que se hallaba exhausto del anterior rodaje y que no estaba interesado, al menos de momento, en vincularse al proyecto, de ahí que apareciera en escena Rob Marshall, director de "Chicago" y "Memorias de una geisha", entre otras, el cual, si bien es un realizador correcto y ciertamente notable, carece de la maestría de Verbinsky, ya todo un experto tras haber rodado las tres anteriores.

No obstante lo expuesto, la cinta que nos ocupa supone un excelente producto con el que disfrutar como niños, porque, no nos engañemos, la saga "Piratas del Caribe" es Johnny Depp, y mientras él esté, ello supone diversión asegurada, y el resto, en mayor o menor medida, es secundario. Ahora bien, mención especial merece Geoffrey Rush, quien, una vez más, encarna al Capitán Barbossa, y como es habitual en este intérprete, lo hace con una maestría envidiable, si bien es cierto que no deja de estar a la sombra de Depp, protagonista absoluto. El resto del reparto, bastante correcto pero casi, casi prescindible, pues, seamos sinceros, pongan a quienes pongan, se verán eclipsados por Depp y, en menor medida, por Rush (como ya ocurría en las entregas anteriores con Orlando Bloom y Keira Knighley... ¿algiuien los echa de menos?).

En resumen, esta cuarta entrega nos ofrece más de lo mismo, esto es, Sparrow en estado puro, acompañado, eso sí, de unos impecables efectos especiales, aunque menos vistosos que en las anteriores, a cargo de la siempre excelente (y cara) Industrial Light & Magic. Si les han gustado las películas anteriores, la que nos ocupa no les decepcionará, eso seguro. No obstante, el encanto de la primera, y sobre todo la sorpresa al descubrir el tremendo personaje que ha contruído Depp, lamentablemente ya no se repetirá nunca más...

miércoles, 1 de junio de 2011

Sin identidad



Veamos... ¿Por dónde empezar? Pues bien, ante todo, tengan presente que al ver "Sin identidad" van a tener una especie de sensación de deja vù, una sensación como de ya haber visto en más de una ocasión aquello que se nos está mostrando, esas imágenes con un Liam Neeson en Alemania más perdido que un pulpo en un garaje tratando de encontrar por todos los medios posibles a su esposa, y a partir de ahí poner fin al entuerto en el que está metido, situación que por momentos recuerda bastante al Harrison Ford de "Frenético", salvando las distancias, obviamente. Pero ahí no acaba la mencionada sensación, la cual está presente, nos guste o no, a lo largo de todo su metraje. No obstante, y a pesar de lo expuesto, no nos hallamos, ni mucho menos ante una mala película. Me explico.

"Sin identidad" nos cuenta la historia del personaje encarnado por Liam Neeson, un botánico que acude a Alemania, acompañado por su mujer, interpretada por January Jones, para asistir a un simposio en el que realizará una ponencia. No obstante, y por una serie de circunstancias que no voy a detallar aquí, se ve perdido en un país que no conoce, falto de un documento de identificación y, lo que es peor, sin que nadie, ni su propia esposa, lo reconozca. Este, a grandes rasgos, es el argumento que nos cuenta el film que nos ocupa. ¿Original? A todas luces no... ¿Entretenida? Bastante... ¿Olvidable? Lamentablemente, también... Pero centrémonos en el segundo de estos factores: "Sin identidad" es puro entretenimiento, eso hay que reconocérselo, y bien rodado, además, algo que le debemos a su realizador, el español Jaume Collet-Serra, que tras unos inicios digamos que inestables (sentándose en la silla del director de "La casa de cera" y "Gol 2"...), parece que va cogiendo el rumbo de su carrera cinematográfica, y en Hollywood, nada más y nada menos... Y es que Collet-Serra demuestra un pulso admirable a la hora de filmar, una sobriedad digna de los mejores autores y una puesta en escena de lo más eficiente, sin caer en ningún tipo de exceso ni virguería visual, como les pasa a muchos de sus colegas, y en particular a gran número de los que, como él, están empezando.

Enlazando con lo anterior, no puedo menos que reconocer que el guión no es para tirar cohetes, desde el punto de vista de que nos plantea una historia notablemente sólida y entretenida, como decía, pero completamente falta de originalidad, plagada de situaciones más que manidas y en cierto modo previsibles. De esta fomra, la cinta se convierte en un producto de consumo rápido y del todo olvidable; vamos, que salimos del cine de verla y ya nos estamos olvidando de ella.

En lo tocante al reparto, poco que salientar. En general, bastante correcto, con un Liam Neeson que cumple su labor, pero no la desempeña de forma sobresaliente, en uno de esos papeles que de vez en cuando se le ofrecen a los grandes actores como él, pero que no le suponen un gran esfuerzo interpretativo y que se limitan a llevar a cabo de una forma absolutamente rutinaria. Especial mención merece, para un servidor, la tarea desempeñada por el veterano Bruno Ganz, un excelente intérprete por desgracia no excesivamente conocido allende las fronteras del territorio germano, a pesar de haber encarnado el papel de Adolf Hitler en "El hundimiento".

Pues eso, "Sin identidad" es una película para pasar el rato, con una realización notable, como apuntaba, pero poco más. Ver y olvidar, como muchas otras en el panorama cinematográfico actual, por desgracia...