domingo, 12 de junio de 2011

Piratas del Caribe. En mareas misteriosas



Vamos a ver... ¿A día de hoy hay alguien, aunque sólo sea un habitante de la aldea más remota, que no conozca a Jack Sparrow... perdón... al Capitán Jack Sparrow? Estoy seguro de que alguien habrá, pero muy pocos, pues lo que Disney, Jerry Bruckheimer, Gore Verbinsky y Johnny Depp consiguieron en el año 2003 con "Piratas del Caribe. La maldición de la Perla Negra" fue no sólo crear un excelente film de acción y aventuras con una considerable ración de humor, sino, más importante aún, crear un personaje, el mencionado Sparrow, que se ha quedado grabado a fuego en nuestras retinas y que ya nunca nos abandonará, ansiando que nos obsequien una y otra vez con más y más de sus aventuras (¿o más bien deberíamos decir locuras?). Pues bien, en respuesta a ese ansia, aquí tenemos "Piratas del Caribe. En mareas misteriosas", ya la cuarta entrega de la saga.

Tras el basto proyecto que supuso rodar "Piratas del Caribe. El cofre del hombre muerto" y "Piratas del Caribe. En el fin del mundo", segunda y tercera entregas de la saga, pero en el fondo una película partida en dos, con un argumento ciertamente enrevesado y plagado de personajes, a la hora de afrontar el rodaje de la entrega que nos ocupa, la cuarta, los directivos de Disney y el todopoderoso Bruckheimer decidieron volver, en cierto modo, a los orígenes, tratando de conseguir un libreto mucho más sencillo y a la par mucho más barato de rodar. Tanteado Verbinsky para ocupar la silla del director, éste dijo que se hallaba exhausto del anterior rodaje y que no estaba interesado, al menos de momento, en vincularse al proyecto, de ahí que apareciera en escena Rob Marshall, director de "Chicago" y "Memorias de una geisha", entre otras, el cual, si bien es un realizador correcto y ciertamente notable, carece de la maestría de Verbinsky, ya todo un experto tras haber rodado las tres anteriores.

No obstante lo expuesto, la cinta que nos ocupa supone un excelente producto con el que disfrutar como niños, porque, no nos engañemos, la saga "Piratas del Caribe" es Johnny Depp, y mientras él esté, ello supone diversión asegurada, y el resto, en mayor o menor medida, es secundario. Ahora bien, mención especial merece Geoffrey Rush, quien, una vez más, encarna al Capitán Barbossa, y como es habitual en este intérprete, lo hace con una maestría envidiable, si bien es cierto que no deja de estar a la sombra de Depp, protagonista absoluto. El resto del reparto, bastante correcto pero casi, casi prescindible, pues, seamos sinceros, pongan a quienes pongan, se verán eclipsados por Depp y, en menor medida, por Rush (como ya ocurría en las entregas anteriores con Orlando Bloom y Keira Knighley... ¿algiuien los echa de menos?).

En resumen, esta cuarta entrega nos ofrece más de lo mismo, esto es, Sparrow en estado puro, acompañado, eso sí, de unos impecables efectos especiales, aunque menos vistosos que en las anteriores, a cargo de la siempre excelente (y cara) Industrial Light & Magic. Si les han gustado las películas anteriores, la que nos ocupa no les decepcionará, eso seguro. No obstante, el encanto de la primera, y sobre todo la sorpresa al descubrir el tremendo personaje que ha contruído Depp, lamentablemente ya no se repetirá nunca más...

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