miércoles, 27 de julio de 2011

Templario



Dicen que el hambre (¿o es el miedo? No lo tengo del todo claro...) agudiza el ingenio. Pues bien, yo sostengo que la falta de medios, y, sobre todo, de presupuesto, también. Buena prueba de ello la constituyen films como "Posesión infernal", que el tiempo y los fans han convertido en un clásico moderno del cine de terror, o "Saw", la primera de la ya larga saga, dirigida por James Wan, ambas rodadas con unos presupuestos casi miserables, viéndose sus responsables en la obligación de devanarse los sesos para conseguir rodar aquello que tenían en mente con los escasos medios de los que disponían. Pues bien, "Templario" supone un nuevo ejemplo de tamaña proeza cinematográfica, para lograr un resultado de lo más vistoso y entretenido partiendo de poco más que los ahorros de algunos de sus responsables.

"Templario" relata la historia de Thomas Marshall, recién llegado a Inglaterra proveniente de las Cruzadas y portador de una pesada carga a causa de los actos cometidos en el desempeño de su labor. Una vez de vuelta, y confiando en poder retirarse de su vida de cruzado, se ve envuelto en el desempeño de lo que será su última misión, de la que quizá no salga vivo: encabezar la rebelión, junto con un pequeño puñado de hombres, para hacer frente a los desmanes cometidos por el Rey Juan, para lo cual tendrán que hacerse fuertes en el castillo de Rochester, enclave estratégico, mientras esperan la llegada de ayuda por parte de los franceses. En el medio, y simplemente esbozada a grandes rasgos, tenemos la historia de amor entre Marshall y Lady Isabel, la (forzada) esposa del señor del castillo.

Como comentaba al inicio de esta reseña, visionando el film que nos ocupa queda patente el escaso presupuesto con el que contaron sus responsables, pero ya no porque luzca cutre, sino simple y llanamente por la forma de rodar determinados pasajes, como es la de emplear planos muy cortos y rápidos en las escenas que recrean las batallas presentes a lo largo del metraje. De esa forma, no hay tiempo ni ocasión para apreciar posibles defectos o carencias a la hora de la puesta en escena. No obstante, y salvo por este pequeño detalle indicativo (y en ningún momento desmerecedor, no me malinterpreten) de lo que decía, la cinta supone un entretenimiento más que recomendable, a la par que notablemente rodada y muy bien recreada a pesar de las limitaciones expuestas.

Haciendo alusión al reparto, su protagonista, James Purefoy, sin ser un actor de cualidades extraordinarias, como es habitual en él, ejecuta su papel a la perfección, aunque sin que ello exceda los parámetros de lo simplemente correcto. En lo tocante a los veteranos Brian Cox y Derek Jacobi, ¿qué se puede decir? Pues que estos dos señores han llegado a un punto en sus carrera en el que, hagan lo que hagan, lo hacen bien, y sin esfuerzo alguno por su parte. Mención aparte merece Paul Giamatti, excelente intérprete donde los haya, pero que en la película que nos ocupa está ciertamente sobreactuado...

Sin extenderme más, paso a expopner la conclusión a la que el que este suscribe ha llegado tras ver "Templario": se trata de un film de acción y aventuras especialmente recomendado a aquellos espectadores que disfrutan con el género épico no-fantástico, en la línea de "El Reino de los Cielos", del genial Ridley Scott. Eso sí, quede aquí patente que desconozco el rigor histórico (o la falta de él) seguido por los guionistas a cargo de la historia. Lo digo más que nada para evitar que los más puritanos se me echen encima si los hechos narrados no encajan del todo con los datos recogido en los libros de Historia...

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