jueves, 14 de noviembre de 2013

Thor. El mundo oscuro



Dos años después de que se estrenara en las pantallas de todo el mundo "Thor", adaptación del personaje marveliano que a su vez se inspira en la mitología nórdica, ve la luz su secuela, "Thor. El mundo oscuro", la cual, si bien conserva a todo el reparto original, cambia de director: pasamos del shakespeariano Kenneth Branagh al más bien soso Alan Taylor, realizador de algún episodio de la aclamada serie "Juego de Tronos" y que aquí se limita más bien a hacer un trabajo "de encargo". Eso sí, según se cuenta, los productores de la cinta acabaron bastante descontentos con su labor, de ahí que, fijo, se vayan a buscar a alguien distinto para llevar a cabo la tercera parte de la saga (¿qué pasa? ¿Alguien duda de que se hará?).


"Thor. El mundo oscuro" nos cuenta las aventuras vividas en Asgard por Thor (Chris Hemsworth) y sus compañeros de batallas tras los hechos ocurridos en "Los Vengadores", por los cuales su hermano Loki (Tom Hiddleston) está preso. Todo parece estar tranquilo, pues la tarea desempeñada por el Dios del Trueno ha llevado la paz a prácticamente todos los confines de los mundos conocidos. Pero la cosa se tuerce con la aparición de los Elfos Oscuros, con Malekith (Christopher Eccleston) a la cabeza, en cuyos planes de acabar con el reinado de Odín (Anthony Hopkins) y dominar el resto de mundos se verá envuelta la científica Jane Foster (Natalie Portman).

Lo primero que llama la atención cuando uno ve "Thor. El mundo oscuro" es que esta primera secuela respeta las bases sentadas en la primera entrega, tanto en lo que respecta a la estética como a la construcción de los personajes. Claro que falta la mano de Branagh, y esto quizá suponga la carencia más grande de la que adolece el film, en todo lo demás excelente.

Hablar del reparto se convierte en una tarea considerablemente repetitiva, ya que nos encontramos con unos intérpretes, que, al repetir en sus roles, se ven cómodos y llevan a cabo sus papeles a la perfección, puliendo quizá algún pequeño detalle que no acababa de cuajar anteriormente. Eso sí, el que flojea un poco con respecto tanto a "Thor" como a "Los Vengadores" es Stellan Skarsgard, que en este caso le pone cara a un Eric Selvig trastornado (y algo sobreactuado) después de que Loki se el metiera en la cabeza y trastera a su antojo.

En resumen, la cinta que nos traemos entre manos es una secuela muy digna de su predecesora, que gustará a quienes gustó esta, pues va en la misma (exitosa) línea.

Un apunte final: ¿por qué los ataques de los Elfos Oscuros parecen sacados de alguna entrega de "Star Wars" o "La guerra de los mundos"?

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