viernes, 18 de mayo de 2012

Los Juegos del Hambre



Cuatro años ha tardado Hollywood en adaptar al cine "Los Juegos del Hambre", novela publicada en 2008 y escrita por Suzanne Collins, que ha dado lugar a la cinta de título homónimo dirigida por Gary Ross. El resultado es un producto hecho al amparo de la saga "Crepúsculo" que llega en el momento idóneo para barrer la taquilla adolescente, puesto que el libro (y sus dos continuaciones, coming soon en la gran pantalla) ya gozaba de una notable popularidad, sobre todo en una determinada franja de edad que no va más allá de los 20 años. Eso sí, y aclarémoslo ya: "Los Juegos del Hambre", la película (pues no he tenido el gusto de leer la novela) juega en una liga distinta a "Crepúsculo".

"Los Juegos del Hambre" narra la historia de un hipotético mundo futuro en el que (se supone) los antiguos EE.UU. están divididos en distritos, de cada uno de los cuales una vez al año se escogen un chico y una chica que participarán en los juegos que dan nombre al libro/film con un único objetivo: matarse entre ellos, de manera que sólo quede uno en pie (¿es cosa mía o esto desprende un cierto "tufillo" a "Battle Royale"?). En una situación tal es en la que se ve metida Katniss Everdeen (la ascendente Jennifer Lawrence), quien se presenta voluntaria para participar en los juegos con el fin de evitar que su hermana pequeña sea la elegida, viéndose obligada a  luchar por su vida para volver (en mayor o menor medida) sana y salva a su hogar.

Hablar del film que nos ocupa implica hacerlo de su protagonista, la joven Jennifer Lawrence, quien a sus 21 años va camino de convertirse en una mega-estrella de Hollywood (si es que no lo es ya), sobre todo gracias al éxito que está cosechando la cinta de Gary Ross allá donde se estrena, si bien hay que salientar que la chica no anda falta de cualidades interpretativas, demostrando que es mucho más que una cara bonita y que dará mucho más que hablar en los años venideros (y no sólo con las adaptaciones de los dos libros restantes de la trilogía de Collins). Hablando de Ross, hemos de reconocer la gran labor desempeñada por este realizador tras las cámaras, erigiéndose en la gran baza jugada por los productores a la hora de tomar la sabia decisión de colocar a alguien con experiencia y buen hacer en la silla de director (habiendo elegido para la adaptación de la segunda entrega, "En llamas", al más que interesante Francis Lawrence), y no a un inútil cualquiera que se limitase a rodar y marcharse (como fue el caso de la primera entrega de "Crepúsculo", a cargo de la inepta Catherine Hardwicke).

En resumen, que "Los Juegos del Hambre" merece la pena, y su mejor baza es... que no es "Crepúsculo", aunque de buenas a primeras lo pueda parecer, algo que para quien esto suscribe supuso un soplo de aire fresco.

Por cierto, ¿por qué todo el mundo se empeña en hablar de "Los Juegos del Hambre" como el trampolín de Jennifer Lawrence cuando ya desempeñaba un rol de considerable importancia (el de Mística) en la magistral "X-Men. Primera generación"?

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